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El Euríbor, el temido indicador con el que se calculan la gran mayoría de las hipotecas en España, terminará septiembre en torno a los niveles máximos de su historia, lo que incrementará de media la cuota de las hipotecas suscritas hace un año en más de 650 euros.

En septiembre de 2007, y según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el importe medio de una hipoteca para vivienda era de 147.155 euros y, para esa cantidad, con un plazo de amortización de 25 años y un tipo de interés del 4'725 por ciento, la cuota representaba 836'84 euros al mes, es decir, 10.042 euros anuales.

Si revisamos esa misma hipoteca con los datos provisionales de septiembre de 2008, la cuota se elevará hasta los 892'27 euros mensuales, 10.707'24 euros al año.

Cuando faltan dos días para que termine septiembre, la media mensual supera ya el 5'37%, y en los dos días restantes es probable que el indicador, que pronto cumplirá diez años de historia, suba aún algunas décimas, con lo que podría superar el máximo histórico que alcanzó en julio de este año, en el 5'393%.

En los últimos doce meses el indicador marcó su nivel más bajo el 23 de enero, en el 4'287%, para comenzar en febrero una racha alcista que le permitió alcanzar su máximo histórico en julio. En agosto, el indicador moderó su rumbo al alza de los cinco meses precedentes y retrocedió hasta el 5'323%.

Hace un año, en septiembre de 2007, el Euríbor marcaba el 4'725%, casi seis décimas menos de la probable media de este mes.
Hace apenas dos meses expertos y analistas coincidían en señalar que, si se moderaba el precio de materias primas como el petróleo, el Euríbor podría terminar el año en torno al 5'10 o 5'20%.

Sin embargo, las tensiones en el mercado interbancario han minimizado los efectos del recorte que se ha producido en el precio del crudo, que en el caso del barril de brent, de referencia en Europa, ha pasado de superar los 145 dólares en julio a rondar los 100 en septiembre.

Las recientes inyecciones de capital lanzadas a los mercados por los principales bancos centrales del mundo no han logrado tranquilizar a las entidades financieras.