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OTR/PRESS-BILBAO La policía detuvo ayer en Bilbao a la persona que aparece como titular del teléfono móvil con el que un comunicante anónimo llamó a los servicios de emergencia para avisar en nombre de ETA del último atentado de la banda terrorista.

El arrestado niega haber comprado el móvil y asegura que le robaron la documentacion con la que el teléfono fue adquirido. Pocas horas antes de esta detención el consejero de Interior vasco, Javier Balza, advirtio que «hay una serie de células de ETA en activo» y mientras no sean desmanteladas y puestas ante la justicia la banda seguirá causando mucho dolor.

El detenido, que responde a las iniciales de J.M.M.G. y rechazó colaborar con la policía, fue trasladado desde las dependencias de Bilbao a Madrid donde permanece en régimen de incomunicación.

Cuestionado sobre los detalles del atentado, Balza confirmó lo que ya adelantó el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que el coche bomba fue robado la noche del miércoles en la localidad guipuzcoana de Zumaia, lo que demuestra que los terroristas montaron la bomba con mucha celeridad aunque todavía no se sabe dónde lo hicieron.

«Ahora hay que dejar que la investigación avance a ver si el montaje de la bomba en el coche se realizó en Guipúzcoa o en Navarra». En todo caso, la rapidez con la que actuaron los terroristas después de haber sufrido un golpe policial tan solo unas horas antes, demuestra según el consejero que la banda todavía tiene varias estructuras operativas que denominó, como si de terrorismo islamista se tratara «células».

«No cabe duda de que tenemos una serie de células en activo de ETA y que, mientras que no consigamos ponerlas a disposición judicial, vamos a tener este tipo de atentados».

En cuanto al aviso incompleto de la banda, Balza señaló que el servicio de emergencias recibió «un aviso de la DYA en el que se comunicaba la existencia de un coche bomba en el campus universitario» y como la llamada la recibió la DYA de Vitoria el dispositivo se desplegó en el campus de la capital alavesa «y al no encontrar nada sospechoso, se desmontó el dispositivo».

El consejero quiso dejar claro que con aviso o sin él, ETA «sabe perfectamente que si coloca 80 kilos de explosivos en un sitio y en un horario de máxima afluencia está generando una situación de proximidad a abismo».

Ayer fueron dados de alta los dos heridos por el atentado que permanecían ingresados en la Clínica Universitaria de Pamplona.