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EPR/EFE-MADRID Aunque ayer no hubo cóctel en el acto conmemorativo de la Constitución en señal de duelo por el asesinato de Ignacio Uria, los invitados al Congreso sí pudieron comentar, como cada año, la actualidad política, con ANV y los rumores sobre un hipotético cambio de Gobierno como asuntos de mayor interés. Las charlas informales tras los discursos oficiales se han sucedido en el atestado salón de pasos perdidos del Palacio, a donde regresaron muchos de los parlamentarios que treinta años atrás protagonizaron la Transición y la redacción de la Carta Magna.

Los rumores sobre cambios en el Gobierno de Zapatero y, en concreto, en su equipo económico, no eran ajenos al líder del PP, Mariano Rajoy, quien, a pesar de que ha cuestionado la gestión de Pedro Solbes, estimó que sería «disparatado» cambiar a un ministro a los siete meses. Varios de los miembros del Ejecutivo asistentes al acto se encargaron de alejar la posibilidad de esa remodelación y han llegado a calificar de «delirio» alguno de los cambios barajados por la prensa.

En cualquier caso, todos remitieron a Zapatero, porque recordaron que es una cuestión que depende única y exclusivamente de él. Él no dio pie a despejar ninguna duda porque en todo momento evitó los corrillos con los periodistas, con el argumento de que ayer era un día de fiesta y no para hacer política. «Cada uno es como es», comentó cuando se le señaló que, justo a su espaldas, Rajoy llevaba ya muchos minutos hablando con la prensa. La decisión de la Cámara Baja de no colocar un micrófono a la entrada del Palacio del Congreso para que, como en otras ocasiones, los políticos pudieran hacer sus declaraciones, propició algún que otro empujón de las fuerzas de seguridad a los periodistas. El barullo no debió de llegar a oídos del presidente del Congreso, José Bono, ya que Zapatero destacó que lo veía muy contento y aprovechó la ocasión para elogiar su trabajo. Bono es un «gran presidente», a su juicio, y ahora está más contento con él que cuando lo propuso para el cargo. Zapatero sí se prodigó algo más en sus charlas con algunos de los invitados, como con el presidente de la Generalitat, José Montilla. Aunque los más solicitados fueron los Reyes y los Príncipes, que estrecharon la mano de gran parte de los invitados y escucharon las vivencias de muchos de los protagonistas de este día hace treinta años.