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El Partido Popular insistió ayer en sus críticas al nuevo modelo de financiación autonómica por entender que carece de concreción y que agudizará la crisis económica, mientras que el PSOE acusó a los 'populares' de usar a las comunidades donde gobierna como «munición» contra el Gobierno.

A pocas horas de que acabe el plazo previsto para que se haga público el documento que recogerá las bases del nuevo modelo de financiación, dirigentes del PP y del PSOE han vuelto a evidenciar con sus declaraciones que todavía mantienen discrepancias sobre este asunto.

El portavoz de Economía del PP, Cristóbal Montoro, se reunió ayer con el vicepresidente económico, Pedro Solbes, y el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, y después mantuvo un encuentro en la sede de su partido con los responsables de economía de las comunidades autónomas en las que gobierna el PP.

En rueda de prensa, Montoro volvió a rechazar la propuesta del Ejecutivo por entender que, con ella, se agudizará la crisis y provocará un aumento de la deuda pública.

Tras insistir en que su partido tiene una posición «clara y coherente» sobre lo que debe ser el nuevo modelo de financiación autonómica, acusó al Gobierno de Zapatero de «improvisar» en la gestación de un sistema cuyas «líneas maestras» sigue sin concretar, porque se desconoce -dijo- su coste, y faltan aspectos técnicos.

Montoro advirtió que la reforma del sistema actual que propone el Gobierno socialista «no garantiza la igualdad de los ciudadanos» en el acceso a los servicios públicos.

También quiso dejar claro que en su partido no hay discrepancias sobre el nuevo modelo, al señalar que la postura de la dirección, en contra del modelo, y la de algunos líderes territoriales, como los de Madrid o Comunidad Valenciana -que no se han opuesto a la propuesta del Gobierno-, es la misma.

La presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, explicó que en su visita a La Moncloa José Luis Rodríguez Zapatero le dijo lo que ella quería oír cuando le prometió un modelo de financiación basado en la negociación multilateral, la solidaridad y la población, pero, añadió, ahora «hace falta que lo cumpla».

Ante las críticas del PP, el secretario de Política Económica y Empleo del PSOE, Octavio Granado, acusó a este partido de utilizar a sus comunidades como «munición» contra el Ejecutivo de Zapatero y de tratar de impedir un acuerdo.

Granado insistió en que el Gobierno está intentado pactar un modelo que «va a dar -a las comunidades- una financiación suficiente para la sanidad, para la educación y para los servicios sociales».

Censuró el hecho de que la dirección nacional del PP haya reunido a los presidentes de comunidades donde gobierna «para tirarles de las orejas» e impedir un acuerdo que, aseguró, será «beneficioso para el conjunto de España».