Zapatero, De la Vega, Solbes y Chacón, durante el pleno sobre la situación económica. Foto: SERGIO BARRENECHEA/EFE

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El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció ayer un recorte de 1.500 millones de euros de los gastos no financieros previstos en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2009, que afectarán a todos los ministerios y a todas las partidas de gasto, con el fin de liberar recursos para mantener el gasto social.

Durante el pleno monográfico en el Congreso de los Diputados sobre la situación económica, Zapatero indicó que este nuevo recorte del gasto, unido a la reducción del 1'8% de los gastos corrientes ya incluida en las cuentas del próximo año, supone un recorte total del gasto público del 2'6%.

Esta reducción, explicó, no afectará «en ningún caso» a las retribuciones de los empleados públicos ni a los programas de protección social o los fondos extraordinarios para estimular el empleo.

Además, indicó que para apoyar a los desempleados, el Gobierno estudia con los agentes sociales una serie de medidas que deberán ser valoradas en el marco del diálogo empresarial. Según Zapatero, serán medidas «coyunturales» destinadas, unas, a mejorar la protección por desempleo y, otras, a incentivar la contratación y a fomentar el mantenimiento del empleo.

En concreto, indicó que estas medidas irán destinadas a mantener «e incrementar» la cobertura de la prestación por desempleo, «sea cual sea el número de parados» que se alcancen, y a llevar a cabo reformas laborales y sociales de acuerdo con los interlocutores sociales.

Dicho esto, señaló que en estos momentos la economía se encuentra ante la «peor recesión» de carácter global de la historia reciente, y añadió que aún «no ha tocado fondo». En lo que se refiere a España, admitió, por primera vez, que la economía española ha entrado en recesión en el cuarto trimestre del pasado año.

«Durante muchos años se han cometido muchos excesos. Y ahora, como consecuencia de la globalización (...), los ciudadanos estamos pagando en todo el mundo la codicia ilimitada y la especulación irresponsable en que incurrieron aquellos que se aprovecharon de unos mercados financieros mal regulado», reiteró.

Además del contexto internacional, Zapatero entonó también el 'mea culpa' y admitió que España también debe aprender de sus «propias lecciones».

El presidente aseguró que España está atravesando «los peores momentos» de esta crisis, y reconoció que aún «no se notan suficientemente» los efectos de las medidas, ni se han hecho realidad los efectos de la inversión pública extraordinaria destinada a reactivar la economía.

Así, señaló que es arriesgado predecir con precisión cuándo empezará España a «ver la luz al final del túnel», pero volvió a reiterar que el efecto de los planes puestos en marcha deberían mostrar indicios «favorables de salida de la crisis en la parte final de este año».