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Los actos de homenaje y de recuerdo a las víctimas de los atentados del 11 de marzo de 2004 reflejaron un año más la profunda división entre la clase política y las diferentes asociaciones de víctimas del terrorismo que han conmemorado por separado el quinto aniversario de la masacre. Las asociaciones de víctimas reprocharon la ausencia de un acto institucional y unitario que sirviera de homenaje a las 191 víctimas de los atentados y a sus familias.

La celebración ayer por la tarde en el Auditorio Nacional de un concierto presidido por los Príncipes de Asturias y que contó con la asistencia de representantes del Gobierno, de la oposición y de la mayoría de las instituciones del Estado, no consiguió acallar las quejas de las víctimas por el «olvido» y la «manipulación» de la que son objeto. La presidenta de la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo, Pilar Manjón, criticaba también el «olvido institucional» que han sufrido en el quinto aniversario de la masacre.

«El olvido sería su segunda muerte», dijo Manjón durante un acto de homenaje en la calle Téllez -escenario de una de las explosiones- en el que se han depositado 191 rosas blancas en recuerdo de las 191 víctimas mortales en los atentados. «Es una pena y una vergüenza que una vez más los políticos hayan antepuesto sus intereses al apoyo a las víctimas», apuntó la vicepresidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, Angeles Pedraza, que hace cinco años perdió a su hija en los atentados. También quiso mostrar su «incomprensión» ante la actitud de la clase política la directora de la Fundación Miguel Àngel Blanco, Cristina Cuesta: «No entiendo que no se haya hecho un homenaje compartido y que los políticos no hayan podido aparcar sus diferencias».

La jornada de homenajes comenzó temprano en la Puerta de Sol, con un acto organizado por la Comunidad de Madrid, del que se ausentaron los dirigentes del PSOE en protesta por el cierre de la comisión de investigación por el caso de los supuestos espionajes en la Comunidad. La presidenta, Esperanza Aguirre, lamentó que los socialistas hayan «mezclado las discrepancias políticas» con los actos de recuerdo a las víctimas del 11-M.

La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, fue más allá y tachó ayer de «indignante y mezquina» la actitud del PSOE. En respuesta, el líder de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, dejó claro que para su partido «las víctimas están por encima de todo» pero que el Grupo Socialista de la Asamblea decidió el martes, con el «total respaldo» de la dirección del partido, no asistir a ningún acto más de Esperanza Aguirre.

Los socialistas sí asistieron al acto celebrado en el monumento a las víctimas del 11-M en la estación de Atocha organizado por el Ayuntamiento de Madrid. El alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, y la ministra de Fomento, Magdalena Àlvarez, colocaron una corona de laurel y guardó cinco minutos de silencio en la cripta del monumento.