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El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el portavoz del PNV protagonizaron ayer el primer «encontronazo» público tras las elecciones vascas a propósito de una pregunta de Josu Erkoreka, que acusó al Ejecutivo de utilizar al Poder Judicial para sacar rendimiento electoral.

Durante la primera sesión de control tras los comicios en Euskadi, cuyos resultados pueden llevar a gobernar a Patxi López con los votos del PP, Erkoreka preguntó a Zapatero sobre la separación de poderes y aseguró estar convencido de que tras las actuaciones judiciales contra los abertzales radicales y contra el PP «se encontraba la mano calculadora e interesada del Gobierno».

Zapatero le respondió que ni él mismo se creía «nada» de lo que había dicho y recalcó que en España rige un sistema de división de poderes y de independencia del poder judicial, el cual «actúa en función de la aplicación de la ley».

Y como consecuencia de esta forma de proceder, se ha aplicado la ley, en este caso la Ley de Partidos, una norma «fruto de la voluntad democrática», cuyo objetivo es impedir que «nadie que sostiene, jalea o apoya a quien mata a la gente» pueda estar sentado en un Parlamento democrático.

El presidente se refirió así a la decisión del juez Baltasar Garzón de ordenar el pasado 17 de febrero la suspensión de actividades de Askatasuna y Demokracia3Milioi (D3M) durante tres años, impidiéndoles además pedir el voto nulo, después de que el Tribunal Supremo anulara la proclamación de estas dos candidaturas al considerar que estaban vinculadas a la banda terrorista ETA.