TW
0
R.N./AGENCIAS El Banco de España ha intervenido Caja Castilla-La Mancha, CCM, tras el culebrón de la fusión con la andaluza Unicaja, que en un principio contaba con el beneplácito de los gobiernos autonómicos de ambas Comunidades. Sin embargo, la caja malagueña ha pedido una auditoría a la consultora Price Waterhouse Coopers, que ha determinado que la caja con sede en Cuenca tiene un agujero de 3.000 millones de euros, algo que desde la caja manchega se han apresurado a desmentir «rotundamente».

La entidad presidida por Juan Pedro Hernández Moltó, ex diputado socialista, es víctima del hundimiento del sector inmobiliario y de sus errores de estrategia basada en la expansión fuera de su área geográfica natural. En realidad CCM ha sido víctima de dos actuaciones que ahora se pueden calificar de errónea: apostar con demasiada fuerza por el ladrillo y realizar una expansión de oficinas fuera de su zona de origen, lo que siempre conlleva asumir los riesgos que los demás no quieren.

Caja Castilla-La Mancha podía presumir en 2007 de tener una de las tasas de morosidad más bajas de España, tan sólo un 0'5%, frente al 0'9% de media del sector bancario. Ahora, en plena crisis financiera, la Caja supera ya el 5% de morosidad, muy por delante del 3'8% de la media española. CCM, que se creó en 1992 tras la fusión de las cajas de ahorro de Albacete, Cuenca y Ciudad Real y Toledo, se enfrenta al momento más crítico de sus 17 años de historia después de que el Banco de España haya decidido su intervención.

La entidad tuvo un beneficio consolidado en 2008 de 29'8 millones de euros, el 87'1 por ciento menos que el año anterior, y acusó el incremento de las dotaciones a provisiones, que se triplicaron de los 5'4 millones a los 16'5 millones, así como las pérdidas por deterioro de activos financieros que llegaron a los 140 millones, cuando el ejercicio anterior fueron de 117 millones. De los 140 millones de pérdidas por deterioro de activos financieros, 91 millones correspondieron a inversiones crediticias.

Asimismo, la Caja, que negociaba su fusión con la andaluza Unicaja, concedió 19.536'8 millones de euros de créditos a la clientela, mientras que los depósitos ascendieron a 17.265 millones, que están garantizados por el Fondo de Garantía de Depósitos, hasta un límite de 100.000 euros por cliente. La intervención del Banco de España está amparada por el artículo 31 de la Ley de Disciplina e Intervención de las Entidades de Crédito.

Las principales empresas participadas son Plainsa S.A., Angalia Tour Operador, S.A., Agrocaja, S.A., Instituto de Economía y Empresa, Las Cabezadas Aranjuez, S.L., Centro de Servicios de Castilla-La Mancha, Táctica Global, Desarrollos Aeronáuticos Castilla-La Mancha, Lhotse Desarrollos Inmobiliarios, Paralia Global de Inversiones, Pagos de Familia Marqués de Griñón, CR Aeropuertos, Hormigones y Aridos Aricam.

Caja Castilla-La Mancha representa algo menos del 1 por ciento de los activos del sistema financiero español.