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El duelo dialéctico mantenido entre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, durante el debate sobre el estado de la nación, elevó el tono en las bancadas del Congreso, tanto en el lado socialista como en el del PP, obligando al presidente de la Cámara, José Bono, a realizar una decena de llamadas al orden.

Con la situación económica como tema casi exclusivo, ambos dirigentes se acusaron mutuamente, Zapatero a Rajoy de aprovecharse de la crisis, y Rajoy a Zapatero de «apalear» a la clase media con sus nuevas medidas
Ambos intercambiaron duros golpes dialécticos durante el debate. El jefe del Ejecutivo acusó a su oponente de no ayudar contra la crisis, sino de servirse de ella, destacando que mientras los demás tratan de derrotarla, los populares intentan aprovecharse de la misma. Esta aseveración originó exclamaciones entre los diputados populares. «¡Qué malo eres!» o «¡Gobierna ya!» fueron algunas de las expresiones que se pudieron escuchar. Sin embargo, Zapatero prosiguió su intervención en el mismo tono, señalando irónicamente que, desde hace dos años, han cambiado algunas cosas, ya que, precisó, Rajoy ha pasado del «España se rompe al España se hunde».

Al respecto, Rajoy dijo sentirse ofendido y, tras advertir que éstas no son palabras propias de un presidente de Gobierno, recordó a Zapatero que él no dice más que lo que dicen muchos socialistas, entre los que citó a Joaquín Almunia, Miguel Angel Fernández Ordóñez, Carlos Solchaga y hasta el premio Nobel admirado por Zapatero Paul Krugman.

Algunas de las medidas anunciadas también fueron objeto de debate entre ambos, como el anuncio de suprimir la deducción por compra de vivienda a partir de 2011 para rentas superiores a 24.000 euros. Rajoy le acusó de «apalear» y «dar la puntilla» a las clases medias con esta decisión.

El elevado desempleo fue objeto de muchos reproches, tras la petición de Rajoy de una reforma laboral. Zapatero le acusó de querer abaratar el despido y éste respondió que no hay despido más fácil y barato que el que ha provocado 4 millones de parados.