Alfredo Pérez Rubalcaba, en el cuartel de Jimena de la Frontera (Cádiz). Foto: A. CARRASCO/EFE

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OTR/MADRID

A poco más de de 20 días para que tengan lugar los comicios europeos del 7 de junio, el Tribunal Supremo anuló esta madrugada la candidatura de Iniciativa Internacionalista-La Solidaridad entre los Pueblos (II-SP). De esta forma, la Abogacía y la Fiscalía veían satisfecha su demanda de anular la lista presentada por la formación liderada por Alfonso Sastre, por considerarla un mero instrumento de Batasuna para burlar su ilegalización. No obstante, el portavoz de II-SP, Luis Ocampo, señaló que recurrirán la decisión del Alto Tribunal en cuanto éste les comunique por escrito su decisión.

Desde hace unos días se venía hablando de la supuesta relación del número uno de la lista de II-SP, Alfonso Sastre, y de otros miembros de la formación con el entorno de ETA o Batasuna. Ayer, el Tribunal Supremo anuló la candidatura de la formación al Parlamento Europeo, en base a los diferentes informes de la Guardia Civil y de la Policía que reflejan una infiltración por Batasuna de la lista de II-SP.

«La participación en la campaña electoral de una candidatura que actúa al servicio de una organización terrorista supone un ataque al mismo sistema democrático que va más allá de lo que este mismo sistema exige y que éste no tiene por qué soportar», razonaba la demanda.

La principal prueba que se presentó para corroborar los indicios que llevaron a la Abogacía y a la Fiscalía a pedir la revisión de la lista y su anulación, es la vinculación a ETA y Batasuna del número uno de la lista, Alfonso Sastre, que los Servicios Jurídicos del Estado califican de «sobradamente acreditada». En este sentido, alegaban las diferentes actividades ejercidas por Sastre en este contexto desde 1987, cuando reclamó el voto para HB en las elecciones europeas de dicho año, su candidatura por EH en diversos comicios y su apoyo en manifiestos a favor de «los presos políticos vascos» y en solidaridad con los imputados en el sumario del «caso EKIN».

Además, algunas declaraciones del propio Sastre, como que debido a su avanzada edad, es poco probable que llegue a desempeñar ninguna función en el Parlamento, han despertado las sospechas que pesan sobre II-SP de tratarse de una tapadera cuya misión, y la de su número uno, es «únicamente la de ser un 'banderín de enganche' o la de figura icónica o referencial (...).