El Rey recibió ayer al lehendakari, Patxi López, en su primera visita al Palacio de la Zarzuela, donde mantuvieron una reunión de una hora. Foto: SUSANA VERA/REUTERS

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Algo se mueve en ETA y todo indica que se producirá una convulsión seria en breve. La banda terrorista ETA asegura en una entrevista concedida al diario Gara que antes del verano pondrá fin a un proceso interno «reflexivo y asambleario» cuya finalidad consiste en «fijar una estrategia político-armada eficaz». Además, muestra su preocupación no por el hecho de que el PNV haya perdido el poder en el País Vasco, sino porque éste ha pasado «a manos de la alianza fascista española», en referencia a la formación del Gobierno de Patxi López con el apoyo del PP.

Según el diario Gara, la entrevista con los dos terroristas, que aparecen fotografiados en la portada del periódico y a los que se cita como Gaueko y Argi, se produjo en el País Vasco. Los etarras precisan que ven con «buenos ojos las reflexiones y clarificaciones que pueda hacer la izquierda abertzale para trasladar tanto su proyecto popular como a Euskal Herria a un escenario democrático».

El lehendakari del Gobierno vasco, Patxi López, no quiso comentar la entrevista y sí señalar que en estos momentos el fin de ETA está «más cercano que lejano».

Por otra parte, dos de los presos de ETA trasladados a la cárcel asturiana de Villabona dentro de la política de acercamientos y alejamientos al País Vasco, Valentín Lasarte e Iñaki Rekarte, han decidido romper la disciplina que impone la banda en las prisiones y aceptar un puesto de trabajo en el economato del centro penitenciario, informaron fuentes penitenciarias.

Ambos etarras cumplen penas centenarias. En el caso de Lasarte por su participación en varios atentados, entre ellos los asesinatos de Fernando Múgica y Gregorio Ordoñez, mientras que Rekarte purga condena por el asesinato de tres personas en el atentado con coche-bomba en Santander al paso de una patrulla de Policía en 1992.

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, dijo que los presos de ETA «no atraviesan un momento especialmente unitario» sino que entre ellos hay «algunas diferencias».