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Los precios de consumo mantienen la tendencia bajista de los últimos meses y ya han caído en un año el 0'8 por ciento, y aunque los analistas descartan que vaya a haber deflación advierten de que el abaratamiento de la cesta de la compra será de un punto o más en los meses de verano. El Instituto Nacional de Estadística situó ayer en el -0'8% el Indice de Precios de Consumo Armonizado -medidos de la misma forma en todos los países de la zona del euro- en mayo, la tercera tasa interanual negativa, y consecutiva, de toda la historia de este indicador, que empezó a elaborarse en 1997.

El efecto base del petróleo -que doce meses atrás era mucho más caro- sigue siendo la causa principal de que la tasa de inflación se encuentre en registros negativos, y hará que la caída de los precios de consumo continúe hasta el verano. Así, aunque calculan una subida mensual de los precios de consumo del 0'1 por ciento en este mes que acaba, los analistas consultados advierten de que la inflación seguirá registrando caídas interanuales de hasta el 1'3 ó el 1'5 por ciento entre julio y agosto.

Será ya en otoño, al finalizar el citado efecto de los precios de la energía, cuando la tasa de inflación volverá a registros positivos, es decir a subidas interanuales de precios, según estos expertos, que por eso insisten en que no habrá un proceso deflacionario -de caída generalizada de precios- en la economía española.

En el mismo sentido se pronunció la vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado, al señalar que la caída de los precios registrada en mayo «no supone un peligro real de deflación» y aseguró que si se descuenta el efecto del petróleo y de los alimentos frescos, la tasa de inflación sería positiva.

Un análisis que dista mucho del que hace el portavoz de Economía del PP, Cristóbal Montoro, para quien España está ya sumida en una deflación muy peligrosa», y el Gobierno es «incapaz de reaccionar y de corregir la política económica que nos ha llevado a esta peligrosa situación».