Crece la tensión en el PSOE en el polémico punto de la reforma de la ley del aborto del Gobierno, que permite a las jóvenes de entre 16 y 18 años abortar sin permiso paterno. Algunas fuentes socialistas indican que ya se puede hablar incluso de crisis interna.
El debate abierto entre las filas socialistas es cada vez más abierto y enfrenta claramente a dos tendencias que se muestran, por ahora, irreconciliables. El ministro de Fomento, José Blanco, aseguró ayer que él, como creyente que es, no está a favor de que se aborte, pero lo que sí defiende es que la mujer tenga capacidad para «decidir sobre su embarazo y su vida». Asimismo, señaló que parece que hay un debate sobre si la gente quiere que se aborte o no, y «nadie está a favor de esto», pues es un «caso excepcional».
Cree que si una persona mayor de 16 años tiene que tomar esta decisión, «si tiene una buena relación con sus padres se lo comentará, pero si no, por mucho que diga la ley que tiene que hablar con sus padres, recaudará dinero para abortar en una clínica privada en malas condiciones».
La ministra de Defensa, Carme Chacón, afirmó ayer que será «bueno» que se debata con «rigor, seriedad y datos» la posibilidad de que las menores puedan abortar sin consentimiento paterno. En declaraciones a la Cadena Ser, Chacón admitió que este punto de la reforma de la Ley del Aborto es «controvertido» y aseguró que el objetivo es «evitar que unos padres obliguen a su hija a los 17 años a seguir con un embarazo que esa chica no desea».
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