Las informaciones contradictorias sobre la situación de los tres cooperantes españoles secuestrados en Mauritania el pasado domingo se multiplican, mientras el Gobierno español «ni confirma ni desmiente» que se conozca su paradero.
A lo largo de la jornada se sucedieron las versiones que apuntaban hacia la posible localización de los secuestrados en un punto a unos 100 kilómetros al noroeste de la localidad de Akjout, en el interior del país, según informaron fuentes diplomáticas occidentales en Nuakchot, e incluso se llegó a hablar de su posible liberación.
Sin embargo, el embajador español en Nuakchot, el mallorquín Alonso Dezcallar, aseveró en una rueda de prensa que hasta el momento «no se dispone de nueva información» y descartó categóricamente que hayan sido liberados.
Dezcallar respondió de una manera más ambigua al ser preguntado sobre si se conoce el paradero de los españoles, al asegurar que no puede «ni confirmar ni desmentir» ese extremo, lo que insufló algo de optimismo a los miembros de la Caravana Solidaria de la que formaban parte los tres secuestrados, Albert Vilalta, Alicia Gámez y Roque Pascual.
Los tres fueron secuestrados el domingo por un grupo de hombres armados y embozados a unos 150 kilómetros de Nuakchot, cuando viajaban en un convoy entre la capital del país y Nuadibú, la ciudad más importante del norte de Mauritania.
Mientras los cooperantes esperan noticias, Mauritania guarda silencio oficial acerca de la situación y tan sólo asegura que se trabaja con una triple hipótesis: que los secuestrados hayan sido desplazados al desierto, que los hayan ocultado en una población cercana al lugar del secuestro y que se trate de bandidos y no de terroristas de Al Qaeda. Ayer los aviones y helicópteros españoles iniciaron el restreo con el apoyo de la Inteligencia estadounidense y francesa.
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