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EFE-NUAKCHOT El general Ahmed Bekrine fue destituido ayer al frente de la Gendarmería Nacional mauritana, encargada de coordinar la lucha antiterrorista, mientras sigue la incertidumbre acerca del paradero de los tres cooperantes españoles secuestrados. Bekrine, estrecho colaborador del presidente mauritano, Mohamed Uld Abdelaziz, fue sustituido por el coronel N'Diaga Dieng, hasta ahora secretario general de Defensa, según informó la agencia oficial de prensa mauritana, AMI.

El Gobierno mauritano no ha ofrecido explicaciones acerca del relevo, que tiene lugar sólo tres días después de que Albert Vilalta, Roque Pascual y Alicia Gámez fuesen capturados por un grupo de hombres armados en la carretera que une Nuakchot con Nuadibú.

Sin embargo, los analistas coinciden en señalar el papel de Bekrine dentro de la protección y búsqueda de los cooperantes como el motivo de su cese. La Gendarmería Nacional es el cuerpo encargado de velar por la seguridad en las carreteras y los núcleos rurales del interior de Mauritania.

Por su parte, el Gobierno español ha comunicado que sigue trabajando en las gestiones para conocer la «localización exacta» de los tres cooperantes españoles secuestrados en Mauritania y en recabar la mayor información posible a través de los contactos a todos los niveles con este país y con los de la zona, según un comunicado difundido por el Ministerio de Asuntos Exteriores.

Mientras, los integrantes de la Caravana Solidaria en la que viajaban los tres secuestrados retomaron ayer su viaje hacia Senegal. Mauritania puso a disposición de la ONG Barcelona Acció Solidaria, organizadora del convoy, una patrulla que los escoltó hasta el punto fronterizo de Rosso. Los cooperantes españoles pudieron sentir de cerca la simpatía de varios ciudadanos mauritanos, que despidieron el paso de la caravana con saludos y agitando los brazos.

«Seguimos por ellos, porque creemos que lo mejor que podemos hacer es que nuestra labor se lleve a buen término», señaló a la prensa Antoni Camps, coordinador de la caravana, en el aparcamiento de la embajada española, donde pernoctó la expedición. «Los ánimos están compungidos, pero la situación es la que hay», resaltó, a la vez que indicó que mantienen la «decisión» de acabar con su tarea y volverse a encontrar pronto con sus compañeros.