TW
0

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, defendió ayer una reforma laboral que no abarate el despido y se mostró abierto a cambiar la política nuclear por un Pacto de Estado en materia energética, todo ello en el marco de la Ley de Economía Sostenible que los grupos tacharon de propaganda. Durante su comparecencia extraordinaria en el Congreso, el presidente reconoció que el nuevo patrón de crecimiento económico requerirá cambios en el mercado laboral, si bien descartó la posibilidad de reducir las indemnizaciones por despido.

En este sentido, sentenció que el Gobierno no será «un mero espectador» del Diálogo Social, que se retomará tras «el fracaso» de julio y en el que se analizarán aspectos como la mejora de la flexibilidad interna de las empresas, el fomento del uso de la reducción de jornada como instrumento de ajuste temporal de empleo o la eliminación de la dualidad entre contratos fijos y temporales.

Asimismo, ofreció al principal partido de la oposición un Pacto de Estado en energía y, para favorecerlo, se mostró dispuesto a revisar su política nuclear, aunque insistió en que limitar la vida útil de las centrales nucleares a 40 años es lo más «razonable». Zapatero reconoció que, aunque la energía renovable es todavía más cara que la nuclear o el petróleo y su viabilidad está aún condicionada a las ayudas públicas, es una inversión «rentable a medio plazo» que favorecerá la competitividad de la economía.

Otra de las claves del cambio de modelo estará en la reforma del sistema financiero, que tendrá que ajustar su tamaño «lo antes posible» para que la actividad crediticia mejore. Por ello, durante el primer semestre de 2010 el Gobierno velará por que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria sirva de ayuda «efectiva» a este proceso, para después promover cambios en la regulación de las cajas.