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Las minorías parlamentarias llevarán al hemiciclo del Congreso, en el Debate sobre el estado de la Nación, sus críticas al Gobierno por sus medidas económicas, desde el duro plan de ajuste hasta la reforma laboral, y los partidos catalanes no olvidarán mostrar su disgusto por la sentencia sobre el Estatut. Es el quinto debate de Zapatero como presidente y es el primero que está totalmente solo en el hemiciclo parlamentario.
En clave catalana, abordarán el debate de política general los nacionalistas de CiU, los republicanos de ERC y el diputado de ICV, Joan Herrera, con posiciones que tendrán como telón de fondo la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña. De la evolución del debate dependerá que los catalanes se pongan de acuerdo a la hora de promover, pactar o enmendar propuestas de resolución sobre la aplicación del Estatut tras su paso por el Constitucional, en una especie de «frente común» en Madrid.
Discurso duro
Por lo pronto, el portavoz de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, prepara un discurso «duro» aunque «constructivo», según fuentes de su entorno, en el que procurará dejar claro que CiU sólo apoyaría políticas del Gobierno siempre y cuando sean responsables. Al analizar lo ocurrido en este último año, Duran «no tendrá más remedio -según las fuentes- que ser más que duro, porque los números cantan y los resultado son malos"; recordará que para CiU el Gobierno tiene que afrontar la crisis antes de convocar elecciones.
Además, hará un llamamiento a las instituciones para que entiendan el por qué de la indignación en Cataluña por la sentencia del Estatut, canalizada en la manifestación de ayer en Barcelona. Joan Ridao, portavoz de ERC, incidirá también en la «agenda catalana» y en la crisis económica, con especial atención al hecho de que Zapatero haya adoptado en dos meses los ajustes que no había querido hacer en dos años.