El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ante los micrófonos en los pasillos del Congreso, antes de la sesión de control a su gabinete. | Emilio Naranjo

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El jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, reclamó hoy al líder del PP, Mariano Rajoy, su colaboración en la reforma de las pensiones, un proceso para el que espera lograr el consenso del arco parlamentario.

Un consenso que Zapatero pidió a todas las fuerzas políticas «más allá» de la «excepcional» congelación de las pensiones contributivas aprobada por el Gobierno, medida por la que el presidente volvió a recibir el reproche parlamentario.

Así, Zapatero fue acusado de romper el Pacto de Toledo no sólo por parte de Rajoy, sino también por el portavoz de ERC, Joan Ridao, y ambos le recordaron que las Cortes han reclamado doce veces al Gobierno -diez el Congreso y dos el Senado- que rectifique y retire la congelación de las pensiones contributivas para el año que viene.

«No hay ningún designio irreversible que le impida rectificar», dijo Ridao, quien aseguró que no hay mejor mensaje de confianza para los mercados que el cese del malestar social, al tiempo que abogó por «adelgazar la administración» antes que recortar el gasto productivo o el social.

Rajoy, por su parte, se preguntó cómo va ahora la ciudadanía a confiar en el presidente después de esta decisión, con la que incumple «de una forma tan clara y tan nítida un acuerdo que fue tan difícil conseguir», el Pacto de Toledo.

Zapatero insistió en que se trata de una medida extraordinaria y confesó que nunca esperaba haber contado con el respaldo del líder del PP en este asunto, porque Rajoy, dijo, no suele apoyar las decisiones «difíciles pero necesarias» para el país.

El presidente aseguró que el Gobierno elaborará el proyecto de ley de reforma del sistema de pensiones según las recomendaciones de la Comisión de seguimiento del Pacto de Toledo, que espera se aprueben con consenso, y pidió la colaboración de Rajoy en este empeño.

Por lo demás, el debate entre el presidente y el líder de la oposición se centró en la típica guerra de cifras en la que uno y otro trataron de demostrar quién ha hecho más por mejorar la capacidad adquisitiva de los pensionistas, si los gobiernos del PP o los socialistas.

Así, Zapatero aseguró que con su gobierno ha habido una subida media anual de las pensiones del 2,5%, frente al 1,9% del PP, y elevó mucho más la diferencia en el caso de las prestaciones mínimas, al señalar que han subido desde 2004 el 27% frente al 3,6% en el conjunto de los ocho años de gobiernos de José María Aznar.

Rajoy le replicó que el Gobierno del PP tuvo que pedir un crédito en 1996 para garantizar la paga extraordinaria de los pensionistas.

Desempleados

En el pleno del Congreso también se defendió de las acusaciones del PP en materia económica el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho.

A pocos días de dejar el Ministerio para incorporarse a la campaña electoral catalana, Corbacho aseguró que deja su cargo con la «satisfacción» de haber aumentado la protección social de los desempleados.

Por contra, el diputado del PP José Ignacio Echániz hizo un balance «desolador» de la política del ministro, que calificó de «gran fracaso», aunque hizo principal responsable al presidente del Gobierno por haber «ninguneado» al ministro y haberle utilizado «como un calcetín».

Corbacho consideró suficiente el análisis sobre el desempleo que hizo en este debate en el hemiciclo, y no quiso contestar por eso a los periodistas en los pasillos del Congreso al ser preguntado por las últimas previsiones sobre paro en España hechas por la OCDE.

Incluso, endosó al futuro ministro o ministra de Trabajo la evaluación «tanto de los informes internacionales como de las previsiones».

Sí le tocó hablar de previsiones a la titular de Economía y Hacienda, Elena Salgado, que en su caso fue preguntada por el diputado del PP Cristóbal Montoro sobre las estimaciones del Fondo Monetario Internacional.

Salgado aseguró que, «evidentemente», no se siente desautorizada por el FMI ante las distintas previsiones de crecimiento que tienen este organismo y el Gobierno.

La respuesta no le valió a Montoro, quien insistió en que el Gobierno y su presidente si están siendo desautorizados por las previsiones que se hacen tanto dentro como fuera de España.

Para el diputado del PP, en la única previsión en la que el Ejecutivo acierta es en que se empezará a crear empleo a partir de 2012 o 2013 porque, aseguró, «entonces habrá un nuevo gobierno que haga lo que tiene que hacer para recuperar la confianza de los españoles y para recuperar la confianza internacional en España».