Una multitud se manifestó ayer por la noche en la plaza de San Jaime de Barcelona tras la convocatoria de diversas organizaciones laicas. | Efe - TONI GARRIGA

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Varios miles de personas -2.500 según la Guardia Urbana y 10.000 según los organizadores- se manifestaron ayer en la Plaza Sant Jaume de Barcelona contra la visita del papa Benedicto XVI bajo el lema «En defensa del laicismo», en una concentración organizada por la plataforma «Yo no te espero».

«Queremos expresar y celebrar la pluralidad en Catalunya de opciones morales y de consciencia religiosa y denunciar que ninguna organización puede monopolizar el espacio público o presentarse como representativa de todo el país», afirmó a los medios un portavoz de la plataforma «Yo no te espero», Joffre Villanueva, que criticó que para los gastos de seguridad «de un acto privado» como la consagración de la Sagrada Familia «se utilicen fondos públicos».

Todo tipo de pancartas, como «Papa o califa, paguen sus visitas», «Ni Papa ni PP», «Niños venid, de los curas huid» o «El condón salva, emPaparse enferma», mostraron la heterogeneidad de la concentración, que reunió a 74 asociaciones laicas catalanas.

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Por otra parte, nueve consejeros y 15 de los 18 concejales de gobierno barceloneses no asistirán a la misa de Benedicto XVI en la que dedicará el templo de la Sagrada Familia, según fuentes del Govern y municipales. La Generalitat estará representada por el presidente, José Montilla; el vicepresidente, Josep Lluís Carod-Rovira -de quien depende el área de asuntos religiosos-, y dos de los 13 consellers.

Sólo han confirmado su asistencia a la misa los consejeros socialistas Ernest Maragall (Educación) y Antoni Castells (Economía). La titular de Justicia y número 2 del PSC por Barcelona, Montserrat Tura, prevé asistir a alguno de los actos oficiales.

En otro orden de cosas, los Mossos d'Esquadra desalojaron por orden judicial un edificio 'okupado' desde junio pasado en la calle Diputación de Barcelona, por donde precisamente este domingo pasará el Papa en su recorrido por el centro de la capital catalana. Según fuentes policiales, el desalojo no guarda relación directa con la visita.