Rajoy, en el debate que se celebra en el Congreso tras las explicaciones de la gestión del Ejecutivo dadas por el presidente, no ha pedido dimisiones, pero sí ha criticado al titular de Fomento, José Blanco, por ser un ministro «a tiempo parcial» y «dedicarse a lo que no se tiene que dedicar» y «no dedicarse a lo que se tiene que dedicar».
Ha recordado unas acusaciones de Alfredo Pérez Rubalcaba al ministro que dirigía Fomento en 1999, Rafael Arias Salgado, al que llamo entonces «inútil total con dosis importantes de caradura porque siempre encuentra una excusa para no asumir sus responsabilidades» por unos retrasos en Barajas aquel año.
A lo que ha añadido Rajoy: «No seré yo quien emplee estos calificativos con el señor Blanco ni con nadie, porque yo no soy así».
Aunque para Rajoy no existen más culpables directos del caos aéreo sufrido en España el pasado fin de semana que las conductas «intolerables» de los controladores, ha recordado que las raíces del conflicto se remontan a hace seis años, cuando en diciembre de 2004 finalizó el convenio colectivo de esos trabajadores, sin que se acordara hasta hora uno nuevo.
Rajoy reprochó al Ejecutivo que no haya sido capaz en seis años de lograrlo, ni tampoco de convocar más que 150 plazas de nuevos controladores, mientras el tráfico aéreo no dejaba de crecer de forma vertiginosa.
En opinión del presidente del PP, esto demuestra una nueva versión de la particular manera del Gobierno de gestionar los asuntos públicos: la pasividad, la desidia y el no hacer nada.
Recordó que el decreto ley de febrero de este año, que rompió la situación de dominio de los controladores, era un instrumento de una potencia formidable, pero que desde entonces el ministro de Fomento ha vuelto a no hacer nada, ni tampoco nunca más se supo del acuerdo con el colectivo anunciado en agosto.
A juicio de Rajoy, lo que ha sucedido es que no se han desarrollado los instrumentos que hubieran evitado lo ocurrido, como por ejemplo la homologación de los controladores militares o la incorporación de nuevos trabajadores.
El líder popular cuestionó que se aprobara «deprisa y corriendo» un nuevo decreto ley que regulaba el horario laboral de los controladores el pasado viernes, justo en vísperas del puente festivo más importante del año.
Por otro lado, la declaración del Estado de Alarma al que recurrió el Gobierno equivale, en su opinión, a una proclamación de impotencia y que sienta un procedente a la hora de abordar futuros conflictos laborales.
Rajoy también quiso saber cómo se va a mantener la normalidad del servicio una vez levantado el estado de alarma y deseó que su levantamiento se produzca lo antes posible para volver también a la normalidad institucional.
El presidente del PP exigió, asimismo, al Gobierno que garantice ante el congreso que los perjudicados serán debidamente resarcidos y confió en que, «sea lo que fuere lo que quede de mandato» de José Luis Rodríguez Zapatero, estas situaciones no se vuelvan a repetir.
Advirtió al Ejecutivo de que, dada su actitud de «no hacer nada hasta que no queda más remedio, y entonces hacerlo cómo sea», a veces sobran motivos para que la gente se pregunte si hay alguien que gobierna en España.
3 comentarios
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le aplico el chiste de Quevedo, que no seria capaz de decirle a la Reina que era coja"entre claveles y rosas su majestad escoja"un juego de palabras que aparte de Mouving por poco le da un infarto al SR Blanco
Tambien,la frase de llamazares,"dejemos de hablar de privilegios,que podria hacer temblar al sr Bono,espacualdores de terrenos etc""ha sido muy buena
Por primera vez Rajoy ha sabido dar una estocada al gobierno. Oía el debate por radio, y al escuchar lo de "inútil y caradura" referidos al ministro de Fopmento me he asombrado, al igual que los socialistas, de los que he oido los gritos e insultos. Pero al aclarar que esto lo había dicho Pérez (Rubalcaba, también reniega del padre) referido a otro ministro, aádiendo "...cosa que yo no haré", ha puesto de manifiesto la doble vara de medir de los socialistas todos. Sayonara.