Tras los preceptivos discursos del acto, por parte de la alcaldesa de Torres de la Alameda, y la propia presidenta madrileña y cuando ya los periodistas se disponían a recoger sus grabadoras, Esperanza Aguirre ha sorprendido a todos los asistentes cuando, aún en el atril, ha dicho: «... y antes de que se vayan quisiera decirles algo a ustedes».
La gravedad del tono y de su expresión facial hacía augurar que iba a anunciar algo importante.
«Quería decirles que en una revisión ginecológica ordinaria me ha sido encontrado un bulto que hay que quitar, hay que operar. Por suerte, los médicos dan buen pronóstico, pero voy a desaparecer de la circulación unos días», ha dicho en medio de un denso silencio que se adueñó de la carpa donde se hallaban los asistentes al acto, entre ellos los alcaldes de varios municipios.
«Quería advertírselo y decirles algo que digo siempre cuando en sanidad hablamos de esa enfermedad. Siempre digo que el cáncer es una enfermedad igual de curable que las demás, pero como cursa sin síntomas, muchas veces cuando uno no hace prevención, lo coge tarde. Por suerte el mío está cogido en una revisión ordinaria, a tiempo», ha continuado Aguirre.
La presidenta ha hecho «un llamamiento a todos los ciudadanos, hombres y mujeres, pero muy especialmente a las mujeres para que hagan las revisiones que les mandan sus ginecólogos, porque en este caso hay muchísimos descubrimientos y prácticamente es curable en todos los casos», pero hay que hacerse las revisiones, y aunque sea «muy desagradable hacerse las mamografías, hay que hacérselas».
Prevención
El silencio acompañaba todavía las palabras de Aguirre: «la prevención es importante; no quiere esto decir que se vayan a colapsar ahora los mamógrafos, pero que todas las mujeres madrileñas hagan lo que les manden sus ginecólogos» para que, si se detectara algo, «que sea cogido a tiempo en una revisión rutinaria, como es mi caso».
Esa dolencia va a retirar a Aguirre «de la circulación por unos días, espero que pocos y espero que ustedes me deseen suerte», ha apostillado Aguirre, ya al final, con la voz quebrada.
Acto seguido la presidenta, tras despedirse de las autoridades que la acompañaban, entre ellas el consejero de Transportes José Ignacio Echeverría, se marchó en el coche oficial, ante la sorpresa de los presentes, entre ellos los responsables de su gabinete de prensa, que desconocían la noticia hasta ese momento.
Estos colaboradores, a quienes se veía también cogidos de improviso, han confirmado por teléfono, a solicitud de los periodistas presentes, que el bulto se hallaba en la mama, como ya parecían indicar las palabras de la presidenta.