Así lo ha expresado Zapatero en la rueda de prensa que ha ofrecido en el Palacio de la Moncloa con el primer ministro portugués Pedro Passos Coelho, al ser preguntado sobre si este asunto había provocado una «brecha» entre él y su sucesor.
El jefe del Ejecutivo ha negado la mayor al afirmar que entre él y Rubalcaba hay «más cercanía que nunca». Es más, ha aprovechado para agradecer expresamente al candidato socialista la labor que ha realizado en los últimos días.
Zapatero ha destacado que la reforma constitucional «está dando» y «va a dar resultados positivos para la confianza, la estabilidad y el futuro de la credibilidad de España» y ha recalcado que «tiene un amplio respaldo», ya que cuenta con el consenso de «los dos grandes partidos». Dicho esto, ha admitido que se está haciendo en «plazos muy perentorios», una celeridad que ha vuelto a justificar. «Se ha hecho con la máxima velocidad porque lo necesitamos», ha dicho.
Comprende a los que discrepan
Desde su punto de vista, es «normal y lógico» que en estas circunstancias se haya producido un debate intenso en las filas socialistas. «Lo entiendo, cómo no», ha apuntado. «En el seno del PSOE se ha dado una amplísima, por no decir casi unánime comprensión y respaldo que agradezco sobremanera y esta tarea la ha hecho fundamentalmente nuestro candidato», ha señalado.
«Quiero expresar mi apoyo, muy sentido, a quienes han negociado y dado el respaldo a esta reforma, no es algo que suene extraño en mí, tengo compresión con quienes discrepan, lo entiendo aunque no lo comparto», ha agregado el presidente.
Preguntado por las críticas de CiU a la reforma constitucional, Zapatero ha puntualizado que las discrepancias de este partido con la propuesta están en «la configuración normativa», porque el partido nacionalista está «de acuerdo con el fondo», es decir, con el principio de estabilidad financiera.
Es más, en su opinión, estas diferencias se deben a «una interpretación» de CiU que, a su juicio, «no es correcta» sobre «el impacto» que tendrá la reforma, una vez sea desarrollada por ley orgánica, en el «autogobierno y la autonomía financiera» de Cataluña.
PIDE MODERACION A CIU Y NO ABUSAR DE LOS ADJETIVOS
En cualquier caso, ha asegurado que «va a haber diálogo» con el partido nacionalista catalán para tratar que se sume al consenso, si bien ha admitido que hay «algunas cosas» que resultan «difíciles de incorporar en este proceso de reforma» y que podrían tener «algún espacio» en el posterior desarrollo legislativo, que «tendrá un trámite de diálogo y de negociación».
Dicho esto, Zapatero ha respondido a las duras advertencias que verbalizó este miércoles en el Congreso el portavoz de CiU, Josep Antoni Duran, haciendo un llamamiento para no «abusar de los adjetivos en los discursos políticos» y confiando en que se imponga «el sentido de la responsabilidad» de este partido «en un momento tan decisivo para el conjunto de España». «Espero que la moderación, que es una de las señas de gala que exhiben, se mantengan dentro de lo que es y puede ser la legítima discrepancia», ha apostillado.
Zapatero ha defendido que la reforma no tiene que ver «con la distribución territorial del poder», sino que trata de «llevar lo que hay en la ley a la Constitución», para «hacer más fuerte» el principio de estabilidad presupuestaria y para «hacer más sólida la regla de estabilidad presupuestaria», que es «una muy buena regla para el funcionamiento de las Administraciones públicas» y «un mandato para el conjunto de las administraciones.
Por ello, el presidente ha expresado su deseo de que la reforma «se culmine» porque «es importante para España» y ha animado a adoptar la «visión» de que la Carta Magna, que «ha sido tan útil para la democracia» del país, pueda seguir siéndolo, «aprovechando las posibilidades» que da «para el beneficio del conjunto, en este caso, la credibilidad de la economía». «Ahora una reforma de la Constitución es útil, muy útil», ha insistido.
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