Actos sociales casa real - MD122. MADRID, 18/11/2010.- El ex presidente del Congreso y "padre de la Constitución" Gregorio Peces-Barba, en una imagen de archivo. | Manuel H. de Le

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El catedrático Gregorio Peces-Barba, uno de los padres de la Constitución y amigo personal del Rey, ha afirmado que a Iñaki Urdangarin le entraron por un oído y le salieron por el otro los avisos que su suegro le dio en relación a sus negocios.

En una entrevista en el programa 'Salvados', emitida el domingo en La Sexta, Peces-Barba señala que Don Juan Carlos sospechaba que los negocios de su yerno tenían «mala pinta», aunque cree que el monarca no conocía «en profundidad» lo que ocurría.

Prueba de que el monarca «algo» debía saber fue que pidió a Urdangarin que dejara su actividad en el Instituto Nóos, con el que consiguió supuestamente contratos a dedo de los Gobiernos de Baleares y la Comunidad Valenciana por los que ahora le investiga la justicia.

Peces-Barba sostiene tener constancia de que el Rey preguntó a Urdangarin de dónde procedían los ingresos que permitían a los duques de Palma tener tan alto tren de vida. «Pero al yerno le entró por aquí y le salió por aquí», añade el catedrático, que pregunta al entrevistador: «¿Usted hubiera denunciado a su hija públicamente?».

«Bueno, ¿y de lo mío en la Constitución qué hay?»

El expresidente del Congreso habló por última vez con el Rey «hace tres o cuatro meses» con motivo de una recepción en Palacio --parece que se refiere a la del 12 de octubre-- en la que estaba «el susodicho», en relación a Urdangarin, y las Infantas.

No obstante, Peces-Barba no tuvo ocasión de hablar con el monarca sobre los negocios de su yerno porque, según afirma el catedrático, él por entonces no tenía noticias de que la justicia lo investigara.

En la entrevista Peces-Barba también revela que hizo «alguna gestión», a petición del Rey, para que el Príncipe Felipe renunciara a su noviazgo con la modelo y publicista noruega Eva Sannum, ya que llegó un momento en que Don Juan Carlos «no hablaba fácilmente» con su hijo sobre este tema, porque «estaba la cosa un poco tensa» y el Príncipe «muy enamorado».

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Un día, relata Peces-Barba, el Príncipe y él estuvieron hablando una hora sobre la Constitución y al cabo de esa hora, Don Felipe le preguntó con cierta guasa: «Bueno, ¿y de lo mío en la Constitución qué hay?», a lo que el catedrático le responde, haciéndose un poco el tonto: «*Qué significa eso de lo mío?». «Que con quién me tengo que casar», le espetó el Heredero de la Corona.

Peces-Barba le señaló que ya no era necesario que su futura mujer fuera de la nobleza, pero sí le recomendó que fuera «española» y que, si tuviese que pensar en un modelo a seguir, pensara en la Reina Doña Sofía.

El expresidente del Congreso está convencido de que si el Príncipe finalmente dejó a Eva Sannum y se casó con Letizia Ortiz fue porque tiene «mucho sentido común».

El conductor del programa, Jordi Evole, le pregunta: «*Y si hubiera podido aconsejar a las Infantas con quién casarse?». «Déjeme, déjeme usted. No haga hipótesis de ese tipo porque sé donde me quiere llevar y ahí no me va a llevar», le contesta Peces-Barba, que aclara que el Rey nunca le pidió que hiciera con las Infantas una gestión como en el caso de su hijo.

En la entrevista, Peces-Barba no comparte la petición de una parte de la clase política y ciudadana de conocer con todo detalle el presupuesto que sostiene la monarquía española y asegura que la Constitución no concede privilegios al Rey, quien, según ha subrayado, donó todo su patrimonio «inmenso» al Estado, aunque ha dicho desconocer si Don Juan Carlos obró así siguiendo el consejo de Felipe González.

El Rey no tiene negocios privados

«Puede ser gravísimo no saber cuánto cuesta la limpieza de Palacio o qué meriendan los Reyes», ha ironizado Peces-Barba, que asegura que el Rey no tiene negocios privados. «Eso son las basurillas de las redacciones», opina.

Sobre la inviolabilidad de su persona, señala que es tradición que la figura del jefe del Estado, sea en una monarquía o en una República, no se pueda perseguir mientras esté al frente de sus funciones para que esté «libre de coacciones».

Para Peces-Barba, el Rey no tiene «ninguna libertad» porque lo que tiene que hacer está escrito en la Constitución. Asegura que el Rey podría ser llegar a ser juzgado si cometiera algún delito pero, a la pregunta planteada por el entrevistador, afirma rotundamente que Su Majestad «ni está ni lo va a estar» implicado en un escándalo de corrupción.