Mariano Rajoy y el ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, durante la sesión de control al Gobierno en la Cámara alta. | BALLESTEROS

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El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, aseguró ayer martes que «de aquí a dos semanas» se tendrá una reforma de la Sanidad «estructurada y contrastada» con las comunidades autónomas, y en la que se incluirá una redefinición de la cartera de los servicios básicos para hacerla más «racional y adecuada».

Montoro, en declaraciones a RNE, subrayó que la reforma sanitaria está bastante avanzada y recordó que el objetivo es ahorrar 10.000 millones de euros con esta reforma y con la de educación.

Aunque no ha detallado cómo se producirá ese ahorro -tiene que discutirse con las comunidades autónomas- sí ha indicado que una de las maneras de conseguirlo es «combatiendo los abusos» que se cometen sobre el sistema sanitario.

Muchos abusos

Entre estos abusos, el ministro mencionó el que cometen los europeos que vienen a España a hacer uso de la sanidad gratuita porque en sus países de origen tienen que pagar por ella, o el que se produce con las recetas.

Respecto a si se establecerá una especie de copago progresivo, Montoro indicó que el ministro de Economía, Luis de Guindos, lanzó una «idea general» al apuntar un nivel de rentas de 100.000 euros a partir del cual habría que pagar por la sanidad.

«Ese nivel puede ser utilizado, pero estamos en estudio de todo esto, porque no es tan sencillo hacer cambios de esta envergadura. La reforma la explicará la ministra de Sanidad cuando acabe de estar bien realizada y contrastada con las comunidades autónomas», ha explicado.

En todo caso, Montoro señaló que se trata de una «reforma ambiciosa» que «no va sólo sobre la idea elemental de lo que sería un copago», medida que, por otra parte, ha dicho que ya existe en España. Así, el ministro apostó por redifinir la cartera de servicios básicos en sanidad «para que ésta sea más racional y más adecuada» y hacerlo en cooperación con los expertos.

El titular de Hacienda aseguró que los ajustes en sanidad y educación no están dirigidos a calmar a los mercados, sino que forman parte de la agenda reformista del Gobierno. «Estamos cumpliendo un calendario y las reformas seguirán. A final de verano, estarán ya todas preparadas y aprobadas», añadió el ministro.

Montoro reconoció que a España se la ve desde fuera como un problema y al Estado de las autonomías, como un «pozo sin fondo».