A raíz de la desaparición el año pasado del valioso manuscrito del siglo XII del Archivo de la basílica gallega, el arzobispo ya había aceptado la dimisión de Díaz Fernández como canónigo-archivero, puesto que ostentaba en ese momento.
Tras la sustracción de esta joya bibliográfica que está considerada la primera guía de los peregrinos, Díaz Fernández asumió su parte de culpa.
«El canónigo archivero soy yo y la responsabilidad me corresponde a mí», había reconocido expresamente.
A raíz de la falta del Códice, recuperado al año de su desaparición en un garaje propiedad de Manuel Fernández Castiñeiras, extrabajador de la catedral y persona muy vinculada al deán, Díaz Fernández sufrió numerosos achaques de salud.
Tal es así, que él mismo había reconocido en declaraciones a Efe que su estado se había resentido a raíz de estos hechos y que había llegado a ser ingresado en un centro hospitalario.
Hombre de edad ya avanzada, Díaz Fernández declaró a Efe, al ser preguntado por el motivo de su dimisión, que prefería «no conversar sobre el asunto» y que se sentía «en paz y tranquilo»
7 comentarios
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No es broma.
Todavía creemos en los cuentos que hicieron los poderosos en si día... Dirigido el cuento por los mismos de la pirámide. 999
Doncs jo pens que aquesta persona tenia total confiança amb el que va sostreure el còdex. És clar que se sent responsable, però no crec que se'n hagi fet ric. Això de pensar malament de tothom per principi ja passa de mida. Encara hi ha gent honrada pel món. Si ha dimitit ell tendrà les seves raons, entre elles l'edat i el disgut.
Andale ¿pues cuando comensamos por aquí a dimití?que cunda el ejemplar ejemploy que los que siempre están entorno a los apoltronados que dejen paso a la savia nueva y supuestamente renovadora que ya estamos hartos de los mismos rostros en todas las películas. que entren ya los indios coñé.
El Sectas.El chistoso,el de la broma facilona y resultona. El Sectas.
Yo pensaba que eran personas honestas, que no eran ladrones ni pedereastas..
S`ha dit que el temps de l'Esglèsia és l'eternitat. En qualsevol cas, es segur que no s'hi frisa quan hom ha de dimitir.