La economía española cayó el 0,5 % entre enero y marzo, tres décimas menos que en el trimestre precedente, lo que supone una moderación de la recesión que básicamente se ha sustentado en un comportamiento menos negativo del consumo de los hogares.
De acuerdo con la estimación publicada hoy por el Banco de España en su último boletín económico, el gasto de las familias sólo cayó el 0,3 % en el primer trimestre, frente al retroceso el 2 % del trimestre anterior, una vez diluido el efecto negativo de la subida del IVA en septiembre y de la supresión de la paga extra de diciembre a los empleados públicos.
Sin embargo, la entidad subraya que no hay mucho margen para que se recupere el consumo a corto plazo dada la escasa capacidad de ahorro de las familias, la caída de la renta disponible, el elevado endeudamiento y la incertidumbre del mercado laboral.
La inversión empresarial también ha caído menos que en el trimestre anterior por la mejora de la confianza de las empresas y el mantenimiento de las ventas al exterior.
La inversión en construcción se ha mantenido un trimestre más a la baja, condicionada por la prolongación del ajuste en la vivienda residencial y por el efecto de los ajustes presupuestarios sobre la obra civil.
La suma de ambas componentes (consumo e inversión) se tradujo en un descenso de la demanda nacional del 0,8 %, después del retroceso del 2 % del trimestre precedente, si bien la entidad señala que la mejoría podría haberse visto atenuada en el tramo final del trimestre.
Por el contrario, el sector exterior ha seguido aportando crecimiento a la economía, aunque casi un punto menos que el trimestre precedente, debido a la menor caída de las importaciones y a pesar de que las exportaciones se recuperaron.
Junto con la moderación del ritmo de contracción de la economía, la entidad señala que se ha producido en un clima de mejoría de los mercados financieros europeos, aunque con algunos episodios de incertidumbre vinculados a las dificultades de Italia para formar Gobierno y a las complicaciones para el rescate financiero de Chipre.
A pesar de ello, el Banco de España subraya que ha continuado la mejora de las condiciones de financiación tanto del Tesoro público como del sector privado.
La destrucción de empleo también se moderó, ya que cayó a una tasa del 4,5 % interanual, frente al 4,7 % del trimestre anterior, una ralentización que habría afectado a todas las ramas productivas.
También el aumento del paro registrado se ha desacelerado, si bien la entidad cree que puede obedecer «a una cierta intensificación del efecto desánimo tras un periodo tan prolongado de destrucción de empleo», lo que lleva a menos parados a inscribirse en los servicios público de empleo.
Asimismo, el Banco de España detecta una mejor respuesta de la negociación colectiva a las dificultades de las empresas, lo que ha propiciado incrementos «prácticamente nulos» de la remuneración por asalariado en el sector privado.
En cualquier caso, dice que para asegurar que la incipiente moderación salarial se traslade a los precios, y permita ganar competitividad frente al exterior, es aconsejable acelerar el proceso ya iniciado de reformas estructurales.
Por el lado de la oferta, la entidad señala que se ha frenado la contracción de la actividad en casi todos los sectores (salvo en la construcción), lo que en el caso de la industria podría estar vinculado al repunte de las exportaciones.
Respecto al proceso para reducir el déficit, destaca la «gran intensidad» del esfuerzo realizado en 2012, pero considera imprescindible seguir avanzando en esa línea.
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