Oficina de la Agencia Tributaria en Palma, durante la campaña del pasado año. | ultimahora.es

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Los trabajadores españoles necesitan 130 días para cumplir con sus obligaciones tributarias: 54 para pagar el IRPF, 32 para el IVA, 23 para la Seguridad Social, 14 para impuestos especiales y 7 para otros impuestos, según un estudio de la plataforma Civismo.

La plataforma -constituida por economistas como Pedro Schwartz, Carlos Espinosa de los Monteros, Juergen Donges, Rafael Pampillón, Juan José Toribio o Joaquín Trigo- sitúa en el 10 de mayo el 'Día de la Liberación Fiscal', la jornada en la que los ciudadanos ya han generado suficientes ingresos en el año (una media de 8.667 euros) como para pagar todos los impuestos.

La Seguridad Social

La fecha se retrasaría al 3 de julio si se tienen en cuenta las contribuciones de la empresa a la Seguridad Social.

Según Civismo, las subidas impositivas del año 2012 suponen 6 días más de trabajo al asalariado medio, lo que en retribución se traduce en 367 euros por la última subida del IVA y 43 euros por el alza de impuestos municipales y autonómicos.

Por comunidades autónomas, existe un rango de hasta 12 días entre la de menor presión fiscal (País Vasco) y la de mayor (Cantabria), de modo que a un trabajador cántabro le cuesta 782 euros más cumplir con su compromiso fiscal que a uno vasco.

Tras el País Vasco, las autonomías con menor presión fiscal son Navarra, La Rioja, Canarias, Aragón y Galicia, mientras que las que siguen a Cantabria por tener unos impuestos más altos son Catalunya, Castilla-La Mancha, Madrid y Castilla y León.

Respecto al nivel de renta, el estudio señala que el esfuerzo fiscal crece con el salario bruto, de modo que distan dos meses entre el 'Día de la Liberación Fiscal' de un mileurista (14.000 euros) y un trabajador acomodado (100.000 euros).

Para la jefa de investigación de Civismo, Cristina Berechet, el objetivo del estudio es generar debate en la sociedad, resaltar la importancia de la competencia fiscal entre comunidades autónomas y acabar con la creencia de los gobernantes de que «austeridad es subir impuestos».