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El Ministerio del Interior ha ordenado la expulsión de España por promover el salafismo del marroquí Noureddin Ziani, para el que el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) pedía su salida de España por representar una amenaza para la seguridad nacional.

Así lo han asegurado a Efe fuentes del caso, que han señalado que el Gobierno ha tomado la decisión de expulsar a Ziani después de que una investigación del CNI, que duró tres años, demostrase que el marroquí, afincado en Cataluña, llevaba a cabo actividades de difusión del salafismo.

Ahora, el expediente de Ziani, firmado por el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, pasará al juez instructor, quien será en su caso quien ratifique la expulsión.

Ziani es un dirigente musulmán con el que Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) contaba para atraer hacia el independentismo a las numerosas comunidades islámicas de Cataluña.

Tras una investigación exhaustiva de más de tres años, el CNI demostró, según aseguró en su día este centro de inteligencia, que Ziani realizaba actividades de difusión del salafismo que suponían una amenaza contra la seguridad nacional.

Por ello, solicitó al Ministerio del Interior la expulsión del ciudadano marroquí en aplicación de la Ley de Extranjería.

Algunos dirigentes de CDC y del gobierno catalán insinuaron estos días pasados que el proceso abierto para expulsar a Ziani respondía a que se encarga de difundir el soberanismo catalán entre inmigrantes musulmanes.

Sin embargo, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, desmintió ayer que el expediente de expulsión abierto a Noureddin Ziani obedeciera a su apoyo al soberanismo catalán, sino por promover el salafismo y el islamismo radical, algo que ya le costó su expulsión de otro país europeo, según recordó.

El propio Ziani habló el martes con los medios de comunicación, negó ser un salafista radical y se mostró «indignado» por no poder defenderse de una acusación que, según él, podría guardar relación con su apoyo al soberanismo en Cataluña.

«Me acusan de ser salafista radical y yo, en mi vida, nunca he fomentado el radicalismo; al contrario, hasta los imanes se han reído de estas acusaciones», afirmó.