Algunos de los participantes en la XXIII Cumbre Hispano-Francesa. | Javier Lizón

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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, advirtió ayer, ante los pasos que se están dando para la independencia de Escocia, de las «aventuras en solitario de futuro muy incierto en las que el punto de partida a lo mejor puede parecer claro, pero el punto de llegada es desconocido».

Rajoy fue preguntado por este asunto en la conferencia de prensa que ofreció en el Palacio de la Moncloa junto al presidente francés, François Hollande, quien, al plantearle si vetaría una hipotética entrada de Catalunya en la UE, ha reiterado que se trata de un asunto interno de España que es «competencia de su soberanía exclusivamente» y ante el que no tiene nada que comentar.

El jefe del Ejecutivo no se refirió explícitamente en ningún momento a Catalunya, aunque hizo numerosas referencias a los procesos independentistas en general en toda la Unión Europea.

Por otra parte, Rajoy y Hollande constataron la mejoría económica europea pero instaron a la UE a «no bajar la guardia», y calificaron de acontecimiento histórico la puesta en marcha del AVE Barcelona-París el próximo 15 de diciembre.

Rajoy y Hollande presidieron en el Palacio de la Moncloa la XXIII cumbre hispano-francesa, en la que participaron la vicepresidenta española, Soraya Sáenz de Santamaría, y el primer ministro galo, Jean Marc Ayrault, y cinco ministros de cada país.

La reunión sirvió para firmar un acuerdo sobre el lanzamiento de la línea de alta velocidad Perpiñán-Barcelona, previo a la inauguración de la línea de alta velocidad entre la Ciudad Condal y París y que Rajoy calificó de «logro histórico en materia de interconexiones hispano-francesas».

Ambos coincidieron en sus demandas a la UE para agilizar medidas como la unión bancaria y analizaron el Consejo Europeo de diciembre.