Se avecina una primavera tan intensa como la anterior para los alérgicos: Con 5.600 granos por metro cuadrado, los niveles de polen de gramíneas amenazan con igualar o superar a los del año pasado (5.400) y causar estragos en casi el 20 % de los españoles.
«Viene un año calentito», advierte el presidente de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología (SEAIC), José María Olaguibel, quien ha dicho en una rueda de prensa que, pese a todo, no debe cundir el pánico si se toman las medidas adecuadas.
Las previsiones no son muy alentadoras para los ocho millones de pacientes que ya empiezan a estornudar, limpiarse las lágrimas o rascarse la nariz, según un estudio elaborado por la red de Aerobiología de la SEAIC en colaboración con la Universidad de Castilla y León, que analiza las condiciones meteorológicas (lluvia, temperatura y humedad) en Madrid, Toledo, Ciudad Real y Badajoz.
Los efectos del polen empezarán a notarse aún más a finales de marzo, aunque será en abril, mayo y junio cuando los afectados deberán prestar especial atención a los síntomas, ya que «si no controlamos esa alergia, puede ir a más», alerta el presidente del Comité de Aerobiología de la SEAIC, Francisco Feo.
Hay que tener mucho cuidado con las cupresáceas de enero a marzo, el plátano de sombra en próximas fechas y las gramíneas o el olivo en mayo y junio, precisan los expertos.
Tampoco hay que perder de vista a la Alternaria, un hongo que causa alergia al 15 % de la población y puede derivar en mal pronóstico si no se aplica el tratamiento adecuado: el 67 % de estos pacientes sufre asma, frente a la mitad de los afectados por las gramíneas.
No obstante, sólo uno de cada diez alérgicos reaccionan ante un único polen, y las gramíneas reactivan los demás tipos. Esta planta provoca síntomas en el 80 % de los alérgicos.
Aunque las alergias suele aparecer entre los 10 y los 30 años, cada vez hay más pacientes que «debutan precozmente», tal y como observa la presidenta del Comité de Alergia Infantil del SEAIC, Paloma Ibáñez, en su consulta.
En declaraciones a Efe, la doctora precisa que el porcentaje de niños alérgicos puede llegar al 25 % en este país, por lo que este colectivo es especialmente vulnerable.
Muchos niños se enfrentan a la rinitis alérgica, la enfermedad crónica más frecuente, y el 90 % de ellos presenta un diagnóstico moderado o grave que empeora su calidad de vida.
En el 75 % de los casos, estos pequeños pacientes combaten otras enfermedades asociadas como conjuntivitis (53 %), asma (49 %) o dermatitis atópica (40 %), lo que exige «un diagnóstico certero y un abordaje integral», recalca la doctora Ibáñez.
Para el secretario de la SEAIC, Pedro Ojeda, las alergias no sólo pueden suponer un impacto mayor que la hipertensión arterial o la diabetes, sino que suponen un importante coste indirecto para el enfermo: «absentismo laboral o escolar y un menor rendimiento en el trabajo», especifica.
¿Qué hay del coste económico? El doctor Olaguibel habla de un máximo de 400 euros al año por cada tratamiento, cerca de 20 euros mensuales por vacuna inyectada y unos 50 euros al mes por inhalador.
La financiación pública sigue cubriendo el 60 % del coste de las vacunas, pero los efectos de los recortes se han notado en algunas comunidades autónomas, admite el presidente de SEAIC. En Castilla-La Mancha, por ejemplo, los pacientes pagan en función de sus ingresos.
El doctor insiste en que identificar el riesgo, exponerse al polen lo menos posible y seguir el tratamiento adecuado son las claves para que los alérgicos no tengan «nada que temer» este año.
La SEAIC ya ha puesto en marcha la tercera edición de «Alergológica», un estudio epidemiológico basado en 6.000 pacientes de toda España que aportará nuevos datos sobre este tipo de enfermedades en 2014.
1 comentario
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
Espacio patrocinado por laboratorios farmaceuticos " Toso por la pasta "