El fallecimiento, a las 15:03 horas en la clínica Cemtro, ha sido consecuencia de la evolución natural del Alzheimer que padecía -aproximadamente desde hace diez años-, ha explicado a la prensa la doctora Isabel de la Azuela.
El Gobierno ha declarado tres días de luto oficial y la noticia ha causado una catarata de reacciones institucionales, políticas y sociales, que han reconocido, en general, su trabajo incansable por la democracia y la reconciliación a fuerza de carisma, tesón, diálogo y consenso.
La capilla ardiente se instalará mañana en el Congreso de los Diputados, donde permanecerá durante 24 horas, según fuentes de la Mesa de la Cámara; el cuerpo será velado la tarde del domingo por la familia en la clínica.
El portavoz de la familia, Fermín Urbiola, ha adelantado la noticia a las 15:14 horas a los medios situados en el exterior de la clínica, en medio de confusión y nerviosismo, y ha agradecido el cariño mostrado hacia el expresidente.
Suárez se ha encontrado en un estado «muy confortable» en todo momento, con un tratamiento ajustado a sus necesidades y con buen control de los síntomas, lo que le ha permitido, ha señalado la doctora De la Azuela, estar «muy sereno y cómodo» junto a la familia hasta los últimos momentos.
Ingresado desde el lunes pasado, sufrió ayer un empeoramiento neurológico progresivo, después de que el viernes su hijo Adolfo Suárez Illana anunciara que el desenlace era «inminente».
La doctora ha precisado que su nivel de consciencia ha ido empeorando «progresivamente», aunque sin ofrecer más detalles en virtud del secreto profesional.
Aunque el proceso neumológico remitió, la enfermedad neurológica de Suárez siguió avanzando hasta el fallecimiento, según un comunicado previo de la clínica, que ha expresado el «más profundo pésame».
El director de Cemtro, Pedro Guillén, ha señalado que ha sido un honor para la clínica tratar a lo largo de estos años a «un hombre ilustre» y «grande de la historia de España» como Adolfo Suárez.
Retirado de la política en 1991, Suárez dedicó los últimos años a a la familia y lo justificó así: «Yo ya he hecho mi trabajo y ahora tengo deudas que cumplir con ella, por tantos años que he dedicado a la política».
Fueron exactamente 42, desde que comenzara su carrera en tiempos del franquismo.
«He sido un buen servidor del Estado y de los españoles», declaró en 1995 al ser preguntado por su labor al frente del Gobierno, en un programa televisivo en el que elogió al Rey.
Nombrado presidente del Gobierno el 3 de julio de 1976, impulsó la Ley Fundamental de Reforma Política, que desmontó la dictadura y abrió el camino a la democracia.
Pactó con los dirigentes de la izquierda en la clandestinidad o el exilio, como Felipe González o Santiago Carrillo, para hacer posibles las primeras elecciones libres, el 15 de junio de 1977, ganadas por la UCD, que el propio Suárez presidía.
En octubre de ese año negoció y firmó con los dirigentes de los principales partidos políticos los denominados «Pactos de la Moncloa», apoyados por la patronal y los sindicatos.
Durante su primer mandato, hasta las elecciones del 1 de marzo de 1979, se consensuó y aprobó el texto de la Constitución, refrendado en referéndum el 6 de diciembre de 1978.
Comenzó entonces, ya como primer presidente constitucional, la etapa más difícil de su gobierno, asediado por el terrorismo, la inflación y el creciente desempleo, una descentralización del poder del Estado que dio lugar a las autonomías y con una crisis ideológica en el seno de su propio partido.
Las duras críticas a su gestión, la crisis interna de UCD y la falta de apoyos sociales lo llevaron a dimitir el 29 de enero de 1981.
Tres semanas después, el 23 de febrero de 1981, el teniente coronel Antonio Tejero entró en el Congreso de los Diputados con varias decenas de guardias civiles mientras se votaba la investidura de Leopoldo Calvo Sotelo como nuevo jefe del Ejecutivo, en un intento golpista que fracasó.
Después fundó el CDS, un partido de centro que obtuvo varios diputados y senadores, pero que no se consolidó.
En su vida personal, ha pasado por el fallecimiento de su esposa, Amparo Illana, y su hija mayor a causa del cáncer.
56 comentarios
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Chaquetero y oportunista. Una clara demostración de lo que valía su persona dejando de lado los valores por los que juró defender en su momento. Indecente y patético.
Alcántara, no compares, que no le llega a la altura de los zapatos a los personajes que has nombrado.
Se nos va uno de los pilares de la patria , y velara por nosotros desde la gloria y eternidad junto a Don Pelayo, El Cid Campeador y Los Reyes Catolicos
Te voy a responder: Tanto tú como yo somos personajes anónimos. Si te llaman facha por ser votate del PP es porque en este país tenemos la costumbre de insultar a los que no piensan como nosotros y hemos alimentado una serie de manías o leyendas urbanas, entre ortras, estas a saber: 1) Que no pensar como la izquierda es ser un fascista. 2) Que ser de derechas significa ser monárquico o juancarlista. No hay que olvidar que en 1934 durante la Segunda República , cuando gobernaba la derecha, la izquierda pretendió dar un golpe de estado con la revolución de Asturias y la proclamación del Estat Catal, contra el Gobierno y la misma República. 3) Que estar contra el aborto libre es propio de santurrones y meapilas. Yo no soy de izquierdas y prefiero una republica antes que una monarquía (y no me refiero a lo que fue la Segunda Republica Española) No voy a misa y soy muy escéptico. Estoy a favor de los preservativos y las pastillas anticonceptivas pero me parece que el aborto libre, sin restricciones como las malformaciones graves que hagan inviable el embarazo, es una salvajada. Y respecto a Suárez, independientemente de si las Leyes del Movimiento eran justas o aberraciones, prestó juramento de su cargo como Secretario Nacional del Movimineto ante Dios y si no cumplió con lo que hizo tomó el nombre de Dios en vano y esto es un pecado para los católicos. No voy a discutir si Dios existe o no.
Lo único que chirría un poco es la palabra "Dictador" que aparece en su comentario pero suscribo todo lo demás.
Si hemos tenido malos presidentes (Zapatero, Rajoy, Felipe y Aznar) es porque el régimen promovido por Suárez permitó que llegasen estos personajes a la Moncloa.
Lo que dice "alucinado" puede gustar, o no, pero nadie le discute lo que expone ya que ha pasado y no hace tantos años. Cuando no hay argumentos se pasa a la descalificación.
Josep Miquel.- Tú no crees en la Constitución, o dicho de otra manera, solo crees en los artículos que te convienen. La Constitución que ahora tanto te gusta no permite hacer referendos como el que se propone el Rey Arturo. Pero tú lo defiendes a machacamartillo con el fin de destrozar a la Patria. Eres además de hipócrita, el insultador mayor del Reino y un falsario.
Sobre los comentarios de alucinado, verdaderamente estás mal de la cabeza. No te arreglará ni el mejor psiquiatra del mundo
Vamos a dejar clara alguna cosa, si creo en la constitución y si creo en la libertad de expresión, desde hace tantos años como muchos en los que no estaba reconocida, es decir durante la asquerosa dictadura. Esa gente que ejerce lo que tu llamas "derecho a opinar" está en su derecho a hacerlo, pero con una pequeña salvedad, la libertad de expresión no es un derecho absoluto e ilimitado, tiene sus límites, (eso es la lección 2 o 3 de primer curso de Derecho Constitucional), y esa gente (probablemente el mismo con tres o cuatro nicks diferentes) los ha sobrepasado con creces.