Rodrigo Rato, en una imagen de archivo. | Reuters

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Bankia ha logrado que su expresidente Rodrigo Rato y los exdirectivos José Manuel Fernández Norniella, Ildefonso Sánchez-Barcoj y Matías Amat, devuelvan 200.000 euros que habían gastado sin justificar con tarjetas de crédito que les fueron entregadas por el banco antes de su nacionalización.

En concreto, las tarjetas se asignaron cuando Rato presidía Bankia, siguiendo una práctica que procedía de la etapa de Miguel Blesa en Caja Madrid, según han explicado hoy a Efe fuentes del grupo que preside hoy en día José Ignacio Goirigolzarri.

Dentro del procedimiento habitual de análisis de operaciones que desarrolla la dirección de auditoría interna de Bankia, la entidad detectó que algunos de sus exdirectivos habían disfrutado de tarjetas de crédito emitidas al margen del circuito establecido con carácter general y ordinario en el banco.

Una vez revisada la situación, y tras comprobarse que no constaba ningún acuerdo para la asignación de estas tarjetas y los gastos efectuados con ellas no correspondían a actividades profesionales o gastos de representación, el equipo de Goirigolzarri tomó la determinación de exigir a los citados exdirectivos la devolución del dinero que habían gastado.

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Estas tarjetas se dieron de baja tras la llegada de Goirigolzarri a la presidencia de Bankia, el 9 de mayo de 2012, coincidiendo con la salida de Rato y Norniella, a las que posteriormente se sumarían las de Sánchez-Barcoj y Amat.

El actual equipo gestor de Bankia, como ha hecho con todas las operaciones alejadas de la ortodoxia bancaria detectadas desde su llegada, puso los hechos en conocimiento del FROB, quien a su vez ha elevado lo ocurrido a la Fiscalía Anticorrupción, tal y como desvela hoy el diario Expansión y ha podido confirmar Efe.

Fuentes jurídicas además han añadido que la Fiscalía no descarta la existencia de delito en la actuación de los exdirectivos.

La citada práctica no nació en Bankia, sino que existía en Caja Madrid al menos desde 2003, cuando la entidad estaba presidida por Miguel Blesa, y sus consejeros tuvieron a su disposición tarjetas de crédito de cuyo uso no debían dar ninguna justificación.

En ese periodo, un total de 86 consejeros realizaron gastos no justificados por importe de 15,2 millones de euros, según el informe elevado por Bankia, que también ha revisado la operativa de Caja Madrid.