El expresidente de la patronal madrileña Arturo Fernández, durante el juicio de las polémicas tarjetas "opacas" de Caja Madrid. | J.J. Guillén

TW
3

El empresario Arturo Fernández, exconsejero de Caja Madrid y Bankia, ha explicado este jueves ante el tribunal que le juzga por el uso de su tarjeta 'black' que recibió el plástico de parte de la secretaría general de Caja Madrid en presencia de José Manuel Fernández Norniella, consejero ejecutivo de la entidad, y que se le dijo que era de libre disposición con un límite de 25.000 euros anuales.

«De la fiscalidad se ocupaba Caja Madrid», ha dicho el empresario a preguntas del fiscal Anticorrupción, Alejandro Luzón, que le ha sometido al interrogatorio más corto hasta el momento efectuado a los acusados, sin llegar a los cinco minutos de duración.

Preguntado por si llegó a alcanzar el límite fijado en su tarjeta, Fernández ha respondido que no ya que «no tenía necesidad» y ha aclarado que nunca tuvo acceso al desglose de sus gastos, que ascienden a 38.776 euros entre los años 2010 y 2012, según un informe pericial presentado por Bankia, que ejerce la acusación particular.

Noticias relacionadas

El expresidente de CEIM ha dicho ante el tribunal de la Sección Cuarta de la Sala de Lo Penal que se sentía «comodísimo» en su condición de representante de los empresarios madrileños en la caja y que su función dentro de la misma era «defender» a la patronal de Madrid.

Sobre los cargos realizados por el expresidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, con su 'black' en los restaurantes Cantoblanco, propiedad de Arturo Fernández, el empresario se ha limitado a decir que éste pagaba con unas cantidades fijas que liquidaba y que era un «magnífico cliente».

El Ministerio Público pide para Fernández un año y seis meses de cárcel y le acusa de un delito continuado de apropiación indebida por el uso de la tarjeta opaca de la que se beneficiaron 65 exaltos cargos y directivos de Caja Madrid Y Bankia.