'Parental Click' permite a los padres visualizar cada foto o vídeo que el menor realice o reciba, sean borrados o no, geolocalizar al hijo en el caso de no recibir respuesta en cinco minutos, acceder al historial de navegación y de llamadas, alertar de nuevos contactos añadidos y acceder al contenido de sus redes sociales.
En caso de abuso o agresión, el menor cuenta con un recurso que puede activar en la app llamado 'Botón del Fuerte'. De esta manera, sólo con agitar el teléfono se activan los sistemas de geolocalización y grabación de imagen y sonido con la idea de obtener pruebas legítimas de lo ocurrido.
Además, la geolocalización permite identificar el lugar exacto de los hechos, algo clave en un proceso judicial, según precisa Valle, ya que «dependiendo de dónde ocurran los hechos, el coste de la indemnización tendrá que ser asumido según corresponda».
«Siempre que los niños estén bajo la responsabilidad de un profesional -colegio, actividades extraescolares, campamento-, éste será el responsable. Si ocurren en Internet o fuera del centro, son los padres del agresor los que lo asumirían», matiza Valle.
Por su parte, los padres podrán detectar si su hijo es víctima de abusos, incluso si es agresor, y si hace un uso responsable de la tecnología. Además, la aplicación les ofrece ayuda profesional online, tanto de los expertos tecnológicos como del equipo de psicólogos, y la posibilidad de acceder a una comunidad donde pueden compartir sus experiencias.
«Actualmente en España, más de un millón de padres espían a sus hijos en Internet, pese a sentir que no están haciendo lo correcto. Desde 'Parental Click' no queremos desarrollar un entorno donde controlar todo lo que hacen los hijos mediante una app, sino ayudar a los padres a anticiparse a un problema», señala Valle.
Las funciones del sistema se pueden configurar de acuerdo a la madurez del menor y a los riesgos a los que pueda estar expuesto. Periódicamente, el equipo de psicólogos planteará al menor una serie de preguntas tipo test para valorar su reacción en situaciones de riesgo cotidianas.
Además, los padres podrán activar todas o algunas de las funcionalidades de acceso que permite la aplicación, de las cuales siempre tendrá conocimiento el menor. Ante situaciones puntuales de alto riesgo, el padre podrá activar algunas en modo oculto a éste sin infringir la ley, según aseguran los creadores de la app.
«Para el día a día, el resultado inmediato que se consigue con el uso de la app es que los menores recapaciten antes de hacer nada en Internet: hablar con desconocidos, publicar fotos, comentarios, participar en juegos, bromas o concursos, hacer fotos de sus amigos, selfies. Si no quieren o pueden compartirlo con sus padres es un error crear ese contenido y muy peligroso compartirlo en redes», subraya Valle.
Además, en caso de llegar a un proceso judicial, la aplicación permite obtener pruebas legales y legítimas. Según precisan sus impulsores, «tres de cada cinco casos que llegan a la sala de lo penal del Tribunal Supremo son por acoso a menores» y esto «ocurre en muchas ocasiones porque las pruebas presentadas por la acusación no han sido obtenidas de forma legítima y legal, de modo que son desestimadas».
4 comentarios
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Los niños , ni pueden ni deben tener movil hasta la mayoria de edad o su emancipacion. Solo hay que ver redes sociales y sus fotos y acosos , para ver que muchos padres y madres estamos haciendo mal nuestro trabajo . Padres , madres , y demas , controlen a sus hijos y pongan medidas , se nos va de la mano , tan solo por la comodidad de que mientras este con el movil no molesta. Y lo digo desde la razon de tener denucias en marcha contra niños y niñas que acosan por las redes a otros niños y niñas , o leyes mas duras o padres y madres mas sensatos
Le partirán primero el teléfono y después la cara. Mira qué problema.
La tontería más grande que he leído en meses.
Yo alucino con los profesiones españoles. Niños con redes sociales, niños con acceso a Internet, niños expuestos al sometimiento cibernético, ¿y les parece normal? ¿Acaso no sería mejor no permitirles el acceso a un teléfono que pudiese recibir contenido socio-mediático? Ah, claro, pero así ya no se podría vender la aplicación. El cuento del huevo y la gallina, aplicado a lo moderno. Además, ¿acaso nadie ve el potencial peligro de que el código de la aplicación permita espiar las conversaciones de las personas adultas sin su consentimiento?