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Dos mujeres marroquíes han muerto este lunes en el puesto fronterizo de Bab Sebta, punto de entrada marroquí en la ciudad española de Ceuta, según han informado las autoridades locales de la región en un comunicado transmitido por la agencia MAP.

El comunicado precisa únicamente que las dos mujeres han muerto «como resultado de una avalancha» humana en el paso fronterizo, y que se ha abierto una investigación para dilucidar los hechos.

La policía española informó desde Ceuta que las fallecidas son dos mujeres que se disponían a entrar en la ciudad española para realizar labores de porteo de mercancías, que trasladan luego en grandes bultos (de más de 50 kilos) a sus espaldas hacia el lado marroquí.

El suceso, que en los últimos años se ha repetido con frecuencia, aconteció en el paso del Tarajal II y ello, pese a que el año pasado se realizaron unas obras para mejorar y organizar el acceso de personas y vehículos.

El pasado septiembre, y tras la muerte de otras dos porteadoras, pisoteadas por una multitud de compañeras suyas que se apiñaban en la frontera, el ministro portavoz del Gobierno marroquí, Mustafa Jalfi, anunció que habría medidas «drásticas y tangibles» en la frontera para evitar que se repitieran esos hechos, pero nunca se dieron a conocer.

También la Fiscalía General ordenó en marzo una investigación sobre otro suceso similar en el mismo punto fronterizo (que causó la muerte de otra porteadora), pero sus resultados tampoco se hicieron públicos.

Por parte española, el pasado mayo se redujo a 4.000 el número de personas que podían pasar a diario para realizar labores de porteo, y se rebajó el tiempo de paso a dos horas en cada sentido, pero eso ha traído como consecuencia que las colas de porteadores se formen ahora durante toda la noche y no ha terminado con las avalanchas.

El contrabando de mercancías de Ceuta a Marruecos es la fuente principal de ingresos para miles de familias de la región al norte de Tetuán, carente de infraestructuras industriales para absorber la mano de obra local, que por otra parte no se desarrollan al estar la región inundada de mercancías que llegan a Marruecos sin pasar por ningún control ni pagar derechos aduaneros.

La situación política de Ceuta, cuya soberanía no reconoce Marruecos, impide por otra parte que los responsables marroquíes y españoles se hayan sentado a organizar conjuntamente y de forma clara el tránsito de mercancías y el acceso de personas en este delicado punto fronterizo.