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El Gobierno está ultimando el plan para la exhumación de los restos de Francisco Franco del Valle de los Caídos a finales de verano, pese que la familia mantenga su oposición a hacerse cargo de los restos del que fuera jefe del Estado.

Después de que este martes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, asegurara ante el pleno del Congreso que la decisión de la exhumación de Franco es firme y se realizará «en muy breve espacio de tiempo», fuentes del Ejecutivo han explicado que siguen avanzando los preparativos para llevarla a cabo.

En ese sentido, la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, en una entrevista en la SER, aseguró ayer que el Ejecutivo va a iniciar todos los procedimientos para hacer efectiva la decisión.

Además, asumió que, si la familia hubiera aceptado la recepción de los restos de Franco, todo habría sido más sencillo y más rápido.

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Fuentes cercanas a la familia han ratificado que no existe acuerdo alguno con el Gobierno sobre el traslado de los restos de Franco.

Los siete nietos del dictador hicieron llegar por conducto notarial al abad del Valle de los Caídos su expreso rechazo a la exhumación de los restos de su abuelo, en un escrito en el que también avisan de su negativa a hacerse cargo de ellos.

Según explicó Calvo, la exhumación se realizará a final del verano, cuando se tengan todas las garantías para ir ejecutando los trámites necesarios.

En ese sentido y frente a las previsiones iniciales de que la exhumación se llevara a cabo en julio, otras fuentes del Gobierno han hecho hincapié en la necesidad de tener todo bien cerrado antes de ejecutar la decisión para que no haya imprevistos como lo ocurrido en el caso de RTVE.

Calvo ratificó ayer que las autoridades eclesiásticas no ponen objeciones al traslado, y, al respecto, el presidente ejecutivo de la Fundación Francisco Franco, Juan Chicharro, en un artículo publicado en la página web de esta organización, ha expresado su deseo de que la Iglesia impida que se lleve a la práctica «este abyecto plan». «Entre otras muchas razones -escribe- por el recuerdo debido a quien fue su benefactor y a quien deben su existencia, amén de que no querrá contribuir a la desafección de millones de españoles vaciando aún más las iglesias de lo que ya están».