Un policía patrulla por la playa s'Estany d'en Mas, en Manacor. | CATI CLADERA

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El sector turístico estima que España recibirá este año 36 millones de turistas internacionales, un 56% menos respecto a 2019 por el impacto de la crisis del coronavirus, una cifra equiparable a las registradas en 1978, según la encuesta de la consultora especializada DNA Turismo y Ocio.

De aplicarse la misma reducción al gasto del turismo extranjero -- que fue de 92.337 millones de euros en 2019-- los ingresos de esta temporada por turismo internacional serán de 40.628 millones de euros, lo que supondrá una pérdida de 51.708 millones.

El resultado de la encuesta que ha realizado la consultora a más de 600 agentes del sector turístico para conocer los escenarios y las recomendaciones para el turismo tras la pandemia refleja que el mercado prioritario para el sector turístico esta temporada será el nacional, junto con el regional.

De esta forma, los viajes de proximidad serán la clave de la recuperación del sector a corto plazo, mientras que los de largo alcance quedarán para el final del proceso de activación.
Ante la gran competencia entre destinos por captar turismo nacional, aquellos destinos que nunca lo abandonaron en sus políticas de promoción tendrán más ventaja competitiva, según apunta el informe de la consultora.

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PROTAGONISMO DEL TURISMO FAMILIAR

Por su parte, el segmento de cliente que el sector estima mayoritariamente que va a tener mayor protagonismo es el familiar, junto con las parejas e individuales. De lo contrario, se prevé que los grupos y, sobre todo los profesionales en viajes de negocio serán los segmentos que más tarde se activen.

Según la encuesta, el principal reto de 2020 es mantener la viabilidad de las empresas y evitar el mayor número posible de cierres, para la temporada que viene trabajar ya en la senda de la recuperación.

Las actividades y experiencias que más rápido se recuperarán son las de turismo rural y naturaleza, al prestar sus servicios en un espacio abierto y natural acorde a la demanda turística, donde primará la sensación de soledad, seguridad, contacto con la naturaleza y la no masificación.

«Es el momento del marketing enfocado en generar productos y experiencias adaptadas al nuevo consumidor turístico y al retorno de la inversión», insiste la consultora en el informe.