«Unicaja Banco comunica que de forma regular analiza posibles oportunidades de inversión u operaciones corporativas que pudieran resultar de interés para todos sus accionistas», ha señalado la entidad andaluza, mientras que Liberbank ha informado a la CNMV de que, dentro del análisis estratégico que habitualmente lleva a cabo, se incluye el estudio de posibles operaciones de integración que permitan optimizar el valor de la compañía.
En este sentido, ambas entidades han confirmado «contactos preliminares» entre ellas, de los que tienen conocimiento sus consejos de administración, sin que hasta el momento se haya adoptado ninguna decisión al respecto.
Según indicaron fuentes financieras consultadas por Europa Press, el siguiente paso será que Unicaja y Liberbank den inicio a las conversaciones formales, lo que no se descarta que suceda en los próximos días, aunque todavía no se ha convocado a los consejos de administración para ello.
En concreto, deberán proceder a la contratación de asesores externos para iniciar la fase de 'due diligence' (auditoría legal), en la que se intercambiarán información y tendrán acceso a sus respectos libros para, una vez tengan todos los números sobre la mesa, decidir si siguen adelante o no con la operación.
La potencial operación está en un punto muy preliminar, por lo que no puede estimarse un calendario, pero cabe pensar que el proceso de auditoría será más breve que en el último intento de Liberbank y Unicaja de fusionarse, que culminó con la suspensión de las negociaciones en mayo de 2019 al no conseguir alcanzar un acuerdo en cuanto a la ecuación de canje de acciones, que determina la participación de cada banco en el grupo resultante.
En esta ocasión, las actuales circunstancias podrían impulsar a los equipos negociadores de ambas entidades a limar las diferencias. Por un lado, la baja rentabilidad del sector bancario europeo, presionada aún más por la previsible prolongación del entorno de tipos de interés bajos, y la actual crisis del coronavirus, han vuelto a situar las fusiones en el punto de mira para que las entidades logren reducir costes y mejorar su eficiencia.
De hecho, el Banco Central Europeo (BCE) ha intensificado en los últimos meses sus llamamientos a que las entidades de la zona euro acometan fusiones tanto a nivel doméstico como transnacional para tratar de resolver los problemas de baja rentabilidad que viene arrastrando el sector desde antes de la pandemia, pero que la crisis actual ha exacerbado.
En esta línea, el Consejo de Supervisión del BCE anunció en julio que «facilitará» la consolidación del sistema bancario de la zona euro mediante el uso de sus herramientas supervisoras, por lo que no exigirá unos requisitos de capital más elevados a las entidades que surjan de una fusión.
Además, desde que fracasaron las negociaciones para una eventual fusión de Liberbank y Unicaja el pasado año, ambas entidades han mejorado sus ratios de capital, situándose las dos por encima del 14%.
Al cierre de junio, Unicaja Banco tenía un activo total de 63.002 millones de euros, una plantilla de 6.274 empleados y una red de 1.029 oficinas. De su lado, Liberbank tenía activos por 45.824 millones, 3.698 trabajadores y 579 oficinas.
De esta manera, la combinación de los negocios de Liberbank y Unicaja resultaría en la sexta entidad por volumen de activos en España (o la quinta, descontando la fusión entre CaixaBank y Bankia), con más de 108.826 millones de euros, una red de 1.608 oficinas en España y una plantilla integrada por 9.972 trabajadores.
Aunque desde Liberbank y Unicaja no hicieron más comentarios que los remitidos a la CNMV, en ocasiones anteriores han defendido que tienen capacidad para sobrevivir en solitario, pero que siempre analizan potenciales operaciones que permitan generar sinergias significativas y crear valor para sus accionistas.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.