-FOTODELDIA- GRAF8697. MADRID, 16/02/2021.- Periodistas y reporteros gráficos en la sede del Partido Popular en la calle Génova donde se celebra el Comité Ejecutivo Nacional del partido este martes, en Madrid.El presidente del PP, Pablo Casado, ha anunciado este martes que el partido dejará su sede de la madrileña calle de Génova, así como la convocatoria de una convención nacional en otoño, al tiempo que ha reafirmado su apuesta por el centro tras el mal resultado en las elecciones de Cataluña. EFE/ Fernando Alvarado El PP dejará su sede de Génova y celebrará una convención nacional en otoño | Fernando Alvarado

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El presidente del PP, Pablo Casado, ha decidido simbolizar su ruptura con el pasado desprendiéndose de la sede de Génova, casa del partido desde tiempos de Alianza Popular, y buscará una nueva ubicación para relanzar al PP como un proyecto de centro que recupere la unidad en ese ámbito ideológico.

Casado ha ofrecido a los suyos un revulsivo en forma de mudanza tras el mal resultado obtenido en Cataluña, donde los 'populares' han sido incapaces de rentabilizar la caída de Ciudadanos y han visto como Vox les adelantaba y les doblaba en votos.

Ante sus dirigentes y barones, reunidos este martes en el Comité Ejecutivo Nacional, ha escenificado un nuevo divorcio con los casos de corrupción pretéritos, de los que no volverá hablar y a los que, junto al PSOE, culpa del retroceso electoral en Cataluña.

El PP ha sufrido una «tormenta perfecta» en la campaña, donde las acusaciones de su extesorero Luis Bárcenas les hicieron «caer a plomo», pero el rumbo fijado en la moción de censura contra Vox es el correcto y es la hoja de ruta que seguirá guiando al PP, ha argumentado Casado.

El líder del PP ha reprendido a quienes le han reclamado autocrítica porque «nadie» lo hizo después de que el PP pasara en cinco años de 19 a 4 diputados en Cataluña.
Y ha ofertado a los suyos debate con la celebración de una convención nacional en otoño, la primera desde la celebrada en 2018 en Sevilla, anterior a la moción de censura que sacó a Mariano Rajoy de La Moncloa.

Casado sí ha corregido la estrategia de su dirección respecto a los casos de corrupción.
Tras ofrecer múltiples entrevistas desvinculándose de Bárcenas y de sus antecesores, dice ahora que no dará más explicaciones «sobre ninguna cuestión pasada que corresponda a una acción personal que no haya sido en beneficio del partido o incluso haya podido perjudicarle».

El coste electoral es «tremendo» y el PP no se puede permitir ese «daño inasumible» ante el calendario judicial. Y es que en los próximos meses y semanas el PP verá como sus expresidentes Mariano Rajoy y José María Aznar acuden como testigos al juicio sobre la caja B, el Congreso investiga la supuesta operación parapolicial para destruir pruebas y sigue la instrucción de Púnica sobre el PP madrileño, cuna política de Casado.

Casado ha enmarcado en una «regeneración sin actitudes inquisitoriales» la marcha de Génova porque lo que está juzgando la Audiencia Nacional es la reforma de la sede con dinero de la caja B.

Adiós a la vinculación con los casos de corrupción, pero también a las imágenes de 'populares' celebrando en el balcón victorias electorales.

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El secretario general del PP, Teodoro García Egea, será el encargado de buscar una nueva casa para el PP, cuya localización es todavía una incógnita.

La decisión ha recibido el respaldo de barones como Isabel Díaz Ayuso o el extremeño José Antonio Monago, que han tomado la palabra en el Comité, y también es «adecuada» a juicio del portavoz nacional, el alcalde de Madrid José Luis Martínez-Almeida.

Los adversarios del PP, como En Comú Podem y Cs, han coincidido en considerar que Casado huye de Bárcenas. «Es como si Alibabá cambia de cueva», ha ironizado el diputado morado Jaume Asens.

«Unir para ganar» y «ganar para gobernar». Es la receta de Casado para que vuelvan al PP quienes se han marchado y que lleguen «muchos más». Sin elecciones recientes a la vista, el punto de partida del relanzamiento del PP será la convención nacional.

El objetivo es aglutinar en sus siglas al centro político, lejos de la «radicalidad» y movilizar a una mayoría silenciosa, moderada y reformista», contraria a la «disolución» del PSOE, el secesionismo y la «involución populista».

Más allá de Casado ha ido la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso quien ha invitado a impulsar «nuevas ideas» y concretar «fusiones» con el PP como la casa común de quienes quieran «vivir en paz y en libertad en España».

El discurso de Casado también ha estado trufado de mensajes velados a la interna, aunque sólo la exportavoz del PP en el Congreso Cayetana Álvarez de Toledo ha censurado a cara descubierta la estrategia del PP.

Casado ha negado que la campaña de Alejandro Fernández estuviese comandada desde Madrid, como aseguraba la exportavoz en El Mundo, y ha apoyado que el PPC optase por ofrecer «soluciones reales» para «pasar página del procés».

También ha defendido su implicación y la de los líderes autonómicos como la única vía para que un candidato sin grupo parlamentario tuviese tiempo en televisión. «Todos debemos dar la cara por nuestros compañeros en las cuestiones de interés público», ha apostillado. Y ha recalcado sus logros porque, ha dicho, heredó al PP como tercera fuerza y desde entonces han logrado gobernar en Andalucía, recuperar Madrid hasta situarse ahora en un «empate técnico» con el PSOE.

En el Comité Ejecutivo, telemático por la pandemia, solo han tomado la palabra el presidente del PP catalán, Alejandro Fernández, para agradecer el respaldo, Ayuso, Monago y el secretario general del PP, Teodoro García Egea. No ha habido críticas, aseguran desde la dirección del partido.