La bolsa española se hunde el 3,29 % por el miedo a nueva variante de COVID

Las ganancias del año se reducen al 5,62 %, mientras que en la semana que hoy finaliza se deja el 2,58 %. El IBEX 35 cotiza con todos sus valores en negativo, aunque destaca el desplome de los valores ligados al turismo y la banca. Melia Hoteles se desploma el 8,82 %; Aena, el 8,38 %; Santander, el 6,45 %; Repsol, el 6,38 %, y Sabadell, el 6,28 %. IAG y Amadeus se encuentran inhibidas de cotización. BBVA también pierde el 4,49 %; Telefónica, el 4,20 %; Inditex, el 3,22 %, e Iberdrola, el 2,22 %. Fuera del IBEX 35, Airbus se deja el 13,01 %.

En el resto de Europa los principales mercados también han abierto con importantes descensos ante el miedo a esta variante, identificada como B.1.1.529, y cuyos primeros casos se han notificado en Sudáfrica, Botsuana y Hong Kong. Como consecuencia, muchos países ha decidido vetar desde hoy los vuelos procedentes de seis países africanos, entre ellos Sudáfrica, ante la propagación de esta variante. El hallazgo de la nueva variante se conoce en un momento en el que los contagios por coronavirus aumentan con fuerza en todo el mundo. En la apertura, París baja el 3,57 %; Milán, el 3,45 %; Londres, el 3,25 %, y Fráncfort, el 3,12 %. Europa sigue así la estela de las bolsas asiáticas, donde el Nikkei, principal índice de la bolsa de Tokio, cayó este viernes el 2,53 %. Hong Kong también desciende el 2,17 %.

Asimismo, los futuros sobre los principales índices de EE.UU. apuntan a una apertura con pérdidas que rondan el 2 %, en una jornada que será más corta de lo habitual, después de que Wall Street cerrase ayer por el "Día de Acción de Gracias". El Brent, el crudo de referencia de Europa, también desciende con fuerza, el 4,52 %, hasta los 78,50 dólares, ante el deterioro de las expectativas sobre la demanda debido a esta nueva variante. En el mercado de deuda, la mayor aversión al riesgo provoca un aumento de la exposición de los inversores a los mercados de deuda soberana de las economías avanzadas, lo que contribuye a la caída de la rentabilidad. En el caso de España, el rendimiento del bono español se reduce el 14 %, hasta el 0,445 %.