El regidor Antoni Noguera en su despacho Can Oms, ante una obra de Bel Fullana. | Pere Bota

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Acaba de dejar la Alcaldía de Palma y ahora ejerce de teniente de alcalde de Benestar Social i Cultura. Un área en la que Antoni Noguera (Palma, 1979) dice sentirse identificado.

¿Por qué escogió la regiduría de Benestar Social i Cultura y no Urbanisme?

—Planteamos los perfiles que teniamos ahora e hicimos un análisis de futuro y de presente de Més. Las áreas de Cultura i Benestar Social son muy importantes por su factor humano y su poder transformador.

Al estar Urbanisme en manos de Neus Truyol, ¿su labor es conjunta?

—La lectura de Model de Ciutat y Cultura es el de una coordinación, eficiencia y proyectos compartidos. Neus y yo, además de compartir sintonía políticas, compartimos el modelo de ciudad que queremos y es uno de los motivos por el que uno está en un lugar y ella en otro.

En la legislatura pasada hubo malestar entre diferentes colectivos.

—Es importante poder tener dos legislaturas seguidas en un proyecto de cultura. Podemos plantear una continuidad de muchos proyectos como la Antiga Presó o Can Ribas. Desde el primer momento contamos con las entidades. Mi modelo de cultura es participativo.

¿La participación se potenciará más allá del Consell Municipal de Cultura?

—Es el Consell Asesor de Ciutat pero también hemos de plantear participación en los barrios, ya sea con las bibliotecas o nuevos espacios, que tendrán en cuenta a los vecinos.

¿Cómo valora la labor de Llorenç Carrió?

—Lo hizo bien. Se plantearon muchas cuestiones e iniciaron muchos proyectos y abrió la primera biblioteca infantil en Nou Llevant.

Ya no vale hablar de la herencia recibida...

—Dos legislaturas seguidas con un proyecto cultural es una suerte. Desde que soy regidor nos pusimos a marcar los objetivos de Cultura, preparando las bases del Solleric y planteando qué queremos. Por ejemplo, Palma Primavera incorporará música electrónica. O la gratuidad del teatro hasta los 18 años.

¿Qué ejes seguirá los próximos cuatro años?

—La apuesta por la creatividad: queremos facilitar espacios a los artistas y tendrán un papel relevante la Antiga Presó y Can Ribas. Queremos introducir la residencia en teatros municipales, especialmente en el Xesc Forteza. Ha de conquistar barrios vulnerables como el Cinema a la Fresca.

¿Cómo va el concurso del director del Solleric?

—En un tiempo récord hemos hecho las bases, consensuadas, y en julio se podrán presentar candidatos. A mediados de agosto ya se podrá incorporar el ganador.

¿Y la Antiga Presó?

—Estamos acabando los pliegos para el proyecto arquitectónico y su modelo de gestión. Hemos pedido que sea por fases. Tendremos el proyecto y el modelo de gestión y podremos comenzar con los 900.000 euros que tenemos de presupuesto a conquistar espacios. Queremos que este año se cierre el concurso y empezar las obras en 2020.

Can Ribas: ¿cuándo será una realidad?

—Tenemos proyecto y dinero. Lo negativo: hay un proceso de catalogación del Consell de Mallorca propuesto por un partido. Queremos que esta catalogación la haga el Ajuntament y se adapte al centro de creación del circo. Si no se hace este proyecto, seguirá cerrado como en los últimos cincuenta años.

Gesa dejó mal sabor de boca. ¿Hay miedo que vuelva a ocurrir lo mismo?

—Gesa ya no es del Ajuntament, es de Endesa. Hubo una resolución judicial y se planteó rápido otro espacio, la Antiga Presó.

¿Luchará para conseguir más presupuesto?

—Lucharé más presupuesto y más sponsors. La sociedad civil económica se ha de implicar, tener responsabilidad social. La cultura ha de ser un generador de ingresos de esponsorizaciones.

¿Qué novedades habrá en en los Ciutat de Palma?

—No habrá novedades en novela y poesía, pero me gustaría plantear nuevas materias y espacios, como un premio Ciutat de Palma al periodismo, en cualquier idioma, y un Ciutat de Palma gastronómico, porque es cultura e identidad y lo debemos potenciar.