Vista aérea de los terrenos donde se encuentran los pozos de s’Estremera, el principal acuífero de cuantos suministran agua al municipio palmesano.

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Palma saldrá a finales de este mes de enero de la situación de prealerta por sequía y no precisará comprar más agua desalada como mínimo hasta el verano. A partir de ese momento dependerá de las lluvias de este invierno y de la primavera.

En estos momentos, según se informa desde Emaya, la situación de las reservas es buena y Palma se abastece básicamente del agua de las fuentes y de los embalses (estos se encuentran al 75,11 % de su capacidad, una situación parecida a la del año pasado por estas fechas, cuando estaban al 71,5 %). Mientras que las aportaciones de los pozos son muy reducidas actualmente.

Desde el pasado mes de noviembre, Emaya no está comprando agua desalada a Abaqua. Aún así, desde la empresa municipal se informa que está previsto en el presupuesto de este año una compra de 2 hectómetros cúbicos, «pero resulta difícil saber si esta previsión es la adecuada, se quedará corta o sobrará», se reconoce desde la empresa.

El año pasado, por ejemplo, finalmente se tuvo que comprar mucha más agua de la prevista. En 2019 la previsión era comprar 2 hectómetros cúbicos, que es la cantidad que se suele prever, y finalmente se necesitaron 5 hectómetros cúbicos debido a que apenas llovió entre los meses de enero y octubre.

Según se expone desde Emaya, «el clima y especialmente las lluvias son cada vez más imprevisibles y para una gestión prudente y sostenible del agua se planifica la compra de agua desalada con la idea de no sobreexplotar los acuíferos y mantener unas buenas reservas en los pozos ante posibles situaciones de sequía». No obstante, las mismas fuentes explican que la decisión de cuánta agua se saca de los pozos es técnica y política a la vez, se debe decidir hasta qué nivel se quiere llegar para hacer una buena gestión de los recursos. Por ejemplo, se recuerda, «en la legislatura del PP casi no se compró agua (también fueron los años de la crisis) a costa de sacar más de los pozos con el riesgo de salinizar los acuíferos y quedarse sin reservas si llegaba una sequía».

Ahora, en cambio, se compra un mínimo de agua cada año con la idea de mantener siempre reservas en los pozos para cuando pueda hacer falta y evitar la salinización para no sobreexplotar y mejorar el sabor y la calidad del agua del grifo».

En cuanto a la situación de prealerta por sequía actualmente todavía hay tres de las diez unidades de demanda de las Islas en situación de prealerta, que son Palma, Manacor-Felanitx y Eivissa. Está previsto que las tres saldrán de esta situación a finales de enero, dado que es necesario estar tres meses en una situación de normalidad para cambiar de escenario. «A finales de enero llevaremos tres meses en situación normal y por eso saldremos formalmente de la prealerta», aseguran desde la empresa municipal.

La situación de las reservas hídricas de las Islas es buena

La situación de las reservas de las Islas es buena tras las lluvias de los últimos meses. En su conjunto, el estado de las reservas hídricas subió cinco puntos el pasado mes de diciembre respecto al mes anterior y se situó en el 68 % de media, según informó el Govern balear. Por ejemplo, s’Estremera –el principal acuífero que suministra a Palma–, estaba en diciembre al 78 %, cuando solo un mes antes estaba casi diez puntos por debajo, al 69 %.