La imagen muestra varios coches de la Policía Local frente al bar, tras ser avisada por los vecinos. | Redacción Local

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Nuevo caso de indefensión vecinal ante los abusos e incumplimientos del propietario de un bar y su clientela a los que ni la policía ni el Ajuntament de Palma han puesto remedio pese a que el suplicio dura ya varios años. En esta ocasión el barrio es Son Ferriol y el local es el ‘El Granaino'.

Desde hace ocho años, las personas que residen justo encima sufren un problema de olores, al carecer el bar de salida de humos, y desde hace tres años los perjudicados ya son los vecinos de las cuatro calles más cercanas. Una de las afectadas explica que «el local cambió de clientela y ahora no hay día que no sea un foco de ruidos, borracheras, peleas, suciedad e insultos contra nosotros si alguno se atreve a decir algo».

Los vecinos aseguran que «no podemos más, nos sentimos desprotegidos y necesitamos ser escuchados». Han llamado en innumerables ocasiones a la policía, que «muchas veces ni viene». Interpusieron la pertinente denuncia ante el Consistorio en la que exponen que los clientes beben y después «orinan y vomitan en nuestros portales y en las aceras, se drogan en los coches a la vista de nuestros hijos». Además, denuncian que durante estos meses de pandemia el bar ha incumplido los aforos. «Todos estamos con ansiedad y falta de descanso por esta situación».

Pero el propietario, Juan Ramírez, niega que incumpla ninguna norma y considera que los vecinos «se quejan de vicio». Opina que «después de estos meses de pandemia con los bares cerrados había mucha tranquilidad y ahora quieren que siga así».

Ramírez afirma que a partir de las 22.00 horas no deja hacer ruido en la terraza y a las 00.00 horas, sin falta, el bar está cerrado.

Sobre lo que pueda hacer la gente en la calle, fuera de los límites de su local, el propietario considera que no puede intervenir ni es su responsabilidad.