Imagen de archivo de la retirada de una de las terrazas de Palma que ocupaba plazas de estacionamiento. | Jaume Morey

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Cort no se plantea volver a permitir la instalación de terrazas en las plazas de aparcamiento de las calzadas, como se ha reclamado desde PIMEM, pese al empeoramiento de la situación sanitaria y de que el Govern ha pedido el aval del TSJIB para que se pueda exigir el pasaporte COVID en parte de la restauración. La Federació de la Petita i Mitjana Empresa de Mallorca (PIMEM) y la Associació de Restauració de PIMEM (RBC Mallorca) remitieron ayer una carta al alcalde de Palma, José Hila, y al concejal de Participació Ciutadana i Govern Interior, Alberto Jarabo, en la que solicitan «la ampliación de los espacios públicos en forma de terrazas provisionales y excepcionales como medida de seguridad y de contribución en este largo camino de la recuperación económica del sector de la restauración de Palma», según expuso el presidente de PIMEM, Jordi Mora.

Pero Jarabo ya adelantó que «no nos planteamos volver a ubicar terrazas en zonas de aparcamiento», aunque sí admitió que «estamos hablando con el sector de sus necesidades en esta nueva etapa de la pandemia». A la vista del porcentaje de población vacunada, Jarabo estimó «improbable» que la situación sanitaria empeore hasta el punto de hacer necesarias medidas como ésta. En su carta, PIMEM argumenta que «el Govern ha defendido que los espacios exteriores son los más seguros» y que «está estudiando poner barras en el exterior para fiestas y así evitar acumulación de gente en interiores».

Una segunda razón esgrimida es «la tan necesaria reactivación económica iniciada el pasado verano». En este sentido, PIMEM considera necesario «hacer todo cuando esté en nuestras manos para dar pasos en este sentido. Creemos que nuestra propuesta puede contribuir a ayudar al impulso de las empresas de restauración y a fomentar el empleo».
Como tercer razonamiento, en la misiva se recuerda que la aprobación por parte de la Mesa de Diálogo Social de la exigencia de pedir el certificado COVID para entrar en los locales de restauración con capacidad para 50 personas afecta a unos 2.500 establecimientos en Mallorca, muchos de ellos en Palma, a los que no podrán acceder las personas no vacunadas «lo que implica una nueva limitación».

En definitiva, «seguridad y salud pública, reactivación económica y la limitación a los no vacunados son los tres motivos de fondo que como patronal nos obligan a proponer medidas excepcionales en momentos excepcionales y el uso de estos espacios exteriores creemos que puede contribuir», resume la carta.

Un año y cuatro meses de ocupación

El permiso para la ocupación de plazas de aparcamiento de vehículos en las calzadas por parte de las terrazas de bares y restaurantes finalizó el pasado 1 de octubre. La medida se puso en marcha a mediados de mayo de 2020, por lo que se prolongó durante más de un año y cuatro meses. Un millar de negocios de restauración de la ciudad se pudieron beneficiar de esta posibilidad extraordinaria destinada a compensar el cierre o las limitaciones de aforo del interior de los locales. El Ajuntament complementó esta iniciativa de ayuda a estos establecimientos con la exención del pago de la tasa de ocupación de la vía pública, que en 2022 volverá a cobrarse.