Al acabar el ‘sus de festes’, los pequeños alimentaron al Drac de Na Coca con ‘pebres de cirereta’, para que su aliento mantenga las fiestas encendidas. | Pere Bergas

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Tras un largo letargo, el Drac de na Coca volvió a salir del subsuelo de Palma con el objetivo de mantener viva la llama de las fiestas patronales. La Plaça de Cort acogió este sábado el 'sus' de las fiestas de Sant Sebastià, una mañana en la que predominó la cultura popular y tradicional de Mallorca. Bajo la olivera de Cort, a partir de las 11 de la mañana, los niños ya preparaban las viandas para el Drac de Na Coca; con gran esmero coloreaban los pebres de cirereta, que más tarde lanzarían a las fauces del reptil. Media hora después, cuando los niños todavía pintaban y recortaban las guindillas, llegó a la plaza la batucada de Nam Sobrats, de la Escola Municipal de Música de Palma, que venían tocando desde la plaza de España. En ese instante aparecieron en la balconada de Cort los divertidos payasos de Cucorba, encargados de presentar y conducir la jornada.

Tras el toque de tambores de Nam Sobrats desde el balcón del primer piso del consistorio, los Gegants i Xeremiers de la Sala hicieron su aparición. Al son de la música de los xeremiers de la Escola de Música i Danses de Mallorca, Tomeu Camps y Tomàs Salom, los gigantes Tòfol y Francinaina, acompañados por los Xeremiers de la Sala, realizaron un baile que impresionó a los más pequeños, que no desviaban la mirada de la continua sucesión de movimientos que se repetían en la plaza.

Una de las grandes novedades de estas fiestas es que el tradicional pregón fue sustituido por las gloses. En literatura, son composiciones poéticas construidas a partir de otro poema y que, si se recitan en directo, son improvisadas, tomando como referencia la propia realidad. Así, después de que los Gegants i Xeremiers se plantasen en los portones del Ajuntament, en la balconada asomaron los Glosadors de Mallorca Pau Riera, Cati Eva Canyelles y Miquel Àngel Adrover. Acompañados por la guitarra de Alicia Olivares, que interpretó las Tonades de Sant Antoni y el Romanç del Compte i la Pastora, los glosadors dieron rienda suelta a su imaginación, haciendo referencia a su alegría al observar los atentos rostros infantiles y el deseo de superar la pandemia para que las próximas fiestas patronales puedan celebrarse con toda normalidad.

Los ‘capgrossos' interpretaron su papel en el ‘pregonet'.

Tras la audición, que finalizó con un prolongado aplauso por parte de un público emocionado, apareció en escena el experto en cultura popular Felip Munar i Munar quien, con gran energía, recitó su oda a Ciutat Palma és ciutat de festa. Acto seguido tuvo lugar un combat de gloses, un careo entre glosadors, similar a las actuales ‘batallas de gallos' entre raperos, aunque sin música de fondo. En ese combate participaron Macià Ferrer, Miquel Servera y Alicia Olivares, que entretuvieron e hicieron reír al público a partes iguales.

‘Pregonet'

Aunque el pregón principal fuese sustituido por las gloses, los niños sí pudieron disfrutar del pregonet 'El Drac de na Coca i la flama de la festa', escrito en 2019 por Caterina Valriu, y que ayer se encargó de leer la actriz y educadora Alba Flor. A lo largo de la lectura, los Capgrossos de la Sala interpretaron su papel ante el numeroso público concentrado en Cort.

La Rateta, siempre tan presumida, mostró su peligrosa relación amorosa con el Moixet, un gato tan apuesto como incapaz de controlar su apetito voraz. Después le tocó el turno al Jai de sa Barraqueta, a quien el Bon Jesús i Sant Pere le concedieron tres dones: un peral del que no se podía descender, un juego de cartas con el que siempre ganaba y un zurrón del que no se podía salir; tan pícaro era que, cuando murió, no lo quisieron ni en el cielo ni en el infierno, por lo que todavía deambula por Ciutat.

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Las ‘gloses' sustituyeron este año el tradicional pregón de Sant Sebastià.

Le siguió la bruja Morgana, una hada reina con una pasión desbocada por ordenar tareas a diestro y siniestro; después la espabilada Espardenyeta, a quien no se le ocurre ni una buena, y finalmente, en Pere Poca Por, un joven al que ni los muertos, ni los demonios, ni los gigantes, ni las brujas le daban miedo, y que solo sintió terror cuando un buen día se levantó con la cabeza girada. Una vez acabado el pregonet, los capgrossos se despidieron de los niños: el jai regalo sus cartas y, el pobre Pere, todavía con cara de susto, les chocó los cinco, mientras los dimonis trataban de asustar a los animados críos.

Para acabar con la jornada, todos los pequeños formaron una larga cola para lanzarle su pebres de cirereta al Drac Na Coca, que con sus fauces abiertas no dejaba escapar una sola guindilla. Finalmente, cabe destacar la labor de Joana, de la asociación Ilsba, un grupo de intérpretes de Lengua de Signos, quien incansable interpretó todo el espectáculo para hacer llegar el mensaje de las fiestas de Sant Sebastià a todos los presentes.

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Los Gegants, Xeremiers i Capgrossos de la Sala bailaron en la plaza.

Esto es solo el inicio de unas fiestas que se extenderán hasta el final de este mes, con actividades familiares como el Trescabarris, la exposición ADN Sant Sebastià o la 35 Palma Fotográfica. Este domingo, en el Parc de la Riera entre las 10.30 y 14 horas, tendrá lugar el Sant Sebastià Petit, una jornada en la que los más pequeños de la casa podrán disfrutar de infinidad de juegos y espectáculos.