El Paces, además, busca reducir un 32,5 % el consumo de energía e incrementar hasta un 32 % la proporción de energía consumida procedente de fuentes renovables en el municipio de Palma. La aprobación del Paces significa, según el ayuntamiento, que Palma «asume su compromiso de cumplir con los objetivos de la Unión Europea y de la Ley balear de Cambio Climático» al tomar medidas efectivas para la reducción de las emisiones.
Muchos de los proyectos orientados a la movilidad sostenible y la generación de energías renovables, entre otros ámbitos, ya están en marcha, y otros se podrán impulsar gracias a los fondos europeos Next Generation, han explicado. El plan surge de la adhesión del Ajuntament de Palma al Pacto de Alcaldías por el Clima y la Energía.
Se trata de una iniciativa de la Comisión Europea nacida en 2008 para implicar los ayuntamientos en la lucha contra el cambio climático. Los municipios adheridos se comprometían a reducir un 20 % las emisiones de gases invernadero, un 20 % el consumo de energía y conseguir que un 20 % del consumo de energía procediera de fuentes renovables.
El Ajuntamientode Palma se adhirió en 2010. En 2011 finalizó la tarea de crear del Inventario de emisiones, con 2,9 millones de toneladas detectadas. En 2015 se aprobó el Plan de Acción de Energía Sostenible (Paes) y en 2017 se realizó el segundo inventario de emisiones, con 2,1 millones de toneladas detectadas, lo que supone una reducción del 19,5%.
En 2015 el pacto amplió sus objetivos incluyendo medidas de adaptación en el cambio climático, además de las ya incorporadas de mitigación, y pasó a denominarse Pacto de Alcaldías por el Clima y la Energía. Palma se unió en 2019 y adquirió el compromiso de elaborar el Paces, un plan que además de las medidas de reducción de emisiones, ahorro energético y desarrollo de energías renovables, incorporó también medidas de adaptación al cambio climático.
Con la ley de Cambio Climático y Transición Energética de las Islas, aprobada el 2019, la elaboración del Paces pasó a ser un requisito. Una vez elaborado el plan, fue aprobado inicialmente por el pleno del Ayuntamiento el pasado octubre y se sometió a información pública antes de su aprobación definitiva, que se prevé que se sea el próximo 30 de marzo.
El Paces engloba una serie de proyectos orientados a la mitigación, es decir, a la reducción de emisiones, y otro bloque de proyectos enfocados a la adaptación, con el objetivo de reducir los riesgos del cambio climático. Desde el Consistorio aclaran que «cualquier iniciativa que se realice desde las diversas áreas municipales que tenga como objetivo la reducción de emisiones estaría incluida dentro del Paces».
Por lo tanto, añaden, se trata de «un plan abierto, donde se incorporan las iniciativas que van surgiendo», a la vez que «muy dinámico» por todos los proyectos que se presentan a convocatorias de fondos Next Generation. Algunas de las medidas de mitigación que se proponen afectan a los edificios, equipamientos e instalaciones municipales, como la instalación de placas fotovoltaicas en edificios municipales o la rehabilitación energética de edificios.
En el alumbrado público se substituirán luminarias por Leds, se implantarán relojes astronómicos, reductores de flujo y telegestión de las instalaciones para ahorrar energía. En el transporte público se sustituirán vehículos por otros más eficientes y se va a hacer un cambio en el combustible por otro menos contaminante. También se van a realizar campañas de concienciación y sensibilización dirigidas a la población y se va a crear un servicio de asesoramiento al ciudadano.
Para el transporte privado y comercial se van a conceder bonificaciones fiscales de hasta el 75 por ciento en vehículos eléctricos, y de hasta el 50 por ciento en híbridos y de biogás. Además, el Paces prevé la construcción de nuevos puntos de recarga de vehículos y quiere dar impulso a la producción local de energía, con bonificaciones fiscales para la implementación de renovables.
Asimismo, se impulsarán nuevos Planes de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) y se creará una Zona de bajas emisiones en la ciudad, entre otras medidas. Por otra parte, las medidas de adaptación a las consecuencias del cambio climático van a pasar por una campaña de reforma de edificios, prevista entre el 2024 y el 2030, una reforma de infraestructuras, entre este año y el 2030, un aumento de superficies verdes y un aumento de las áreas permeables, también entre este año y el 2030, y una movilización y acompañamiento de los servicios sociales para la detección de la pobreza energética, entre el año 2024 y el 2030.
3 comentarios
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Que por ley los coches electricos estén al mismo precio que los de gasolina, puntos de recarga en todas las calles, cada uno con dos conexiones y equidistantes cada 10 mts. Taxistas con butano, fuera. Politicos con limusina y coches de alta gama, fuera. Quitar calefacción en Cort, Consell y Parlament o bien por placas solares. Metro por toda la ciudad. Mira que fácil, a gastar, a gastar, en contraposición, sobran politicos, sobran asesores, sobran cargos públicos, consellerias y acompañantes. Menos gente, menos energia consumida. Eliminad también inauguraciones y demas fiestecitas a costa de los contribuyentes, a menos fiestas, menos desplazamientos y menos luz, gas, etc a consumir. Fácil!
Tan fácil como cerrar de las avenidas al marítimo el tráfico privado a motor e implantar las ZBE como ya hacen otras ciudades europeas