Vista de la Plaza Madrid en Palma. | Jaume Morey

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Los barrios de Palma muestran su temor a que la fiesta y las terrazas se expandan por sus zonas. En algunas asociaciones de vecinos se retraen de pedir ejes cívicos y en otras, ya miran con recelo el calendario de macrofiestas. Es el caso de la Associació Veïnal Coliseu, que ya ha denunciado la celebración para el próximo 24 de junio de un concierto en la plaza detoros a la que están convocados más de 6.000 estudiantes de Erasmus. Los vecinos recuerdan el macrobrote COVID que tuvo lugar allí mismo el año pasado tras una fiesta de viajes de estudios procedentes de múltiples puntos de España y que acabó con el confinamiento de numerosos jóvenes en hoteles de Palma.

«El problema es que hagan en la plaza de toros una fiesta de    Erasmus con 6.000 chavales, la mayoría menores de edad, y alcoholizados. Es un barrio residencial con 16.000 vecinos que soportan a 6.000 jóvenes borrachos», denunció la asociación, que recordó que «el año pasado el Govern multó a la organización con 200.000 euros». «El hermetismo de los propietarios, la falta de transparencia y las experiencias de otros años nos hacen sospechar que tendremos sorpresas desagradables este verano. En las próximas semanas llegarán 25.000 estudiantes a Mallorca. La obra de Gaspar Bennazar es un bien catalogado y sufre un deterioro significativo», dijeron los vecinos. Por su parte, Salvador Maimó, presidente de la Associació de Veïns Es Fortí, contempla con preocupación los problemas que sufre el barrio colindante, Santa Catalina: «Tenemos miedo de que se expanda por nuestro barrio. Hay cuatro hoteles en nuestra zona y ya como asociación te planteas no pedir peatonalizaciones. No queremos ejes cívicos, es que ni lo planteamos».

Fiesta de estudiantes en la plaza de toros en 2021 que provocó un macrobote de COVID.

La presidenta de la Federació d'Associacions de Veïns, Maribel Alcázar, señaló mientras que «con los ejes cívicos las aceras se llenan de bares». Y puso de ejemplo Blanquerna, que «ha ido bastante bien porque se combina el comercio con terrazas de locales que cierran pronto. Funciona porque hay un plan de usos». Para Alcázar, «el problema es que se han podido abrir locales solo con una declaración responsable y se permite la apertura hasta las cuatro de la mañana. No estamos contra los ejes cívicos ni contra las terrazas, sino contra el desmadre».

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Terrazas de calle Fábrica. Foto: Pere Bota

Fin de semana

En el operativo del fin de semana de la Policía Local en Santa Catalina se levantaron 106 actas, de las que 32 fueron denuncias por tránsito y el resto, por incivismo. Entre ellas, la policía abrió dos actas por música en la calle, dos a bares musicales ejerciendo su actividad con las puertas abiertas y otra por uso de altavoces.