La semana pasada se hallaron miles de recibos no repartidos por CI Postal. | Teresa Ayuga

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La complicada situación laboral de CI Postal, encargada del reparto de notificaciones del Ajuntament, es reiterada por varios exempleados de la empresa. Una antigua trabajadora, despedida este verano, advierte que «por la empresa han pasado centenares de personas» en los dos últimos años. «Cada día te entregaban entre 150 y 200 multas que tenías que repartir para poder cobrar un plus» al que accedían los empleados si cumplían con los objetivos y que así sumaban otros 150 o 200 euros a los 900 que cobraban cada mes los repartidores, sin pagas extraordinarias.

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«Siento mucho las molestias ocasionadas al ciudadano, pero la empresa nos daba las multas casi caducadas por culpa la gestión de los encargados. Apenas nos daba tiempo a entregarlas», cuenta. «Es verdad que estaba el listo que tiraba las multas pero yo las repartía y tenía que hacer devoluciones porque no encontraba al destinatario. Entonces me caían broncas con amenazas de despido», explica.

Esta antigua trabajadora de CI Postal señala que «trabajaba cada día nueve horas diarias y no me daba tiempo. Mucha gente pasó por la empresa y no tenían experiencia y los empleados terminaban ordenando las cartas en la calle. En la oficina no nos dejaban mesas para ordenar las cartas, tampoco había ventilación ni aire acondicionado». Las quejas entre los ciudadanos por el retraso en las cartas eran tales que «una chica llegó a pegarse con la responsable. Cuando yo repartía multas, había personas que me atacaban y me gritaban cuando llamaba a sus casas».