N. junto a su perro en el comedor que ellos mismos han diseñado. | Angie Ramón

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La finca situada en la calle Rafael Rodríguez Méndez, que al menos desde 2014 está completamente tapiada, era el antiguo Centro de Educación para Adultos La Balanguera. En el interior todavía permanecen libros, pizarras intactas y mapas enrollados en una caja. Sin embargo, es también el refugio de dos familias, un menor de dos años y medios y dos perros desde que en octubre de 2022 ocuparan esta vivienda.

Uno es R., un hombre de 44 años y viudo. Perdió a su mujer, y madre de su hijo, hace dos años. Su bebé quedó sin madre con solo siete meses de vida. La compañera que vive con él se llama N. y tiene 47 años. Ayuda a R. con lo que puede. Conocieron este edificio abandonado por casualidad. En ese momento, tenían que dejar el piso donde estaban alquilados: «Antes que vernos por necesidad ocupando una propiedad de un participar, preferimos ocupar un piso del Estado. Por eso nos metimos aquí», señalan. Ahora, el Ajuntament de Palma ha dado luz verde para desalojar de estas familias y al menor, un niño que además sufre una enfermedad rara. Todavía no les ha llegado la notificación.

R. en la zona de la cocina del edificio que okupan.

Cort utilizará el procedimiento administrativo para desahuciar a los inquilinos. Sin embargo, esto puede durar tiempo. Desde Stop Denonaments Mallorca tienen constancia de que el Ajuntament no notificó en 2018 al Registro de Viviendas Desocupadas esta propiedad, algo que marcaba la ley 5/2018 de la vivienda de Baleares.

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La fachada del edificio público, tapiado.

Reformas

Cuando entraron en el edificio tapiado, se encontraron las antiguas aulas formativas llenas de polvo y trastos por en medio y trozos de pared en el suelo. El espacio es insalubre, pero durante este año han reformado por completo una de las tres plantas que tiene esta finca, ubicada en el barrio es Fortí.
«Los primeros meses tanto yo como N. nos pusimos a limpiar una planta del edificio. Pusimos tuberías y tapamos agujeros. Aquí hemos invertido mucho dinero», explica R. Ultima Hora ha entrado en la finca y ha verificado que, al menos donde habitan, han reconvertido el espacio, que cuenta con dos habitaciones, una cocina y baño. «Hemos buscamos pisos para alquilar y no nos quieren por tener perros y un menor», aseguran.