Palma cumple con los límites máximos de fugas pero dejará de hacerlo en 2027 si no reduce las pérdidas.

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Palma desperdicia más de 8 millones de litros de agua potable por fugas en su red, una cantidad con la que se podrían llenar 329 piscinas olímpicas. Teniendo en cuenta que se estima que el consumo medio anual para una población de 15.000 personas es de un hectómetro de agua, con la cantidad de que se pierde se podría abastecer a más de 123.000 personas al año.

El de Palma no es un caso único en Mallorca, de hecho ocupa el puesto 34 del ránking balear de municipios derrochadores, ránking que lidera Campos rozando el 70 %. La capital balear cumple con los límites máximos de pérdidas permitidos pero necesita mejorar si quiere seguir cumpliendo unos parámetros cada vez más exigentes. Con los porcentajes de pérdidas actuales Palma superará el límite de fugas establecido para el año 2027, según el último recuento de datos del Portal del Agua.

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El departamento de Recursos Hídrics del Govern es el encargado de vigilar la calidad y eficiencia del suministro de agua en Mallorca. En los últimos años cada vez son más las ciudades y pueblos que modernizan sus redes para optimizar la distribución de agua, un suministro básico para la vida de sus vecinos.

El porcentaje de pérdidas de agua en las redes de abastecimiento se calcula restando al total de agua suministrada el consumo facturado. En el Portal del agua se puede consultar la evolución de las fugas de agua en todos los municipios de Baleares desde el año 2000.

Palma ha pasado de desperdiciar un 26,36 % del agua que suministraba hace 24 años a un 21,06 % en el último balance de 2023. No ha sido un decrecimiento progresivo. Hay registrados importantes repuntes. El peor año fue el 2008 cuando perdió el 30,98 % del agua de su red. El mejor año fue el 2017 cuando logró reducir las pérdidas hasta el 13, 75 %.